Por Alex Madrid / info@eurohoops.net
Todos tratamos de adivinar de alguna forma (a no ser que alguno gozara de información privilegiada) en qué estado de forma llegaban cada uno de los 12 equipos a Valencia.
En el caso del Real Madrid, sus grandes armas (salir a la carrera y el acierto desde el perímetro) podrían necesitar tiempo para estar engrasadas tras 100 días sin competición. Pero, pensando en la química, ninguna plantilla podría estar tan cohesionada como la dirigida por Pablo Laso.
Tres meses de parón parece no ser tiempo para un equipo que juega de memoria desde hace prácticamente una década. Y mientras el Gran Canaria trataba de recordar cómo se competía, el Madrid sobrepasó los 20 puntos de ventaja en apenas un cuarto (37-16).
Nico Laprovittola (que aún es MVP de la ACB, no se olviden) dio muestras del jugador que maravilló en la Penya anotando 8 puntos en los primeros dos minutos de partido; Sergio Llull demostró que la Fonteta sigue siendo su pabellón talismán y, Jaycee Carroll, que un año más en activo se antoja poco tiempo.
Gracias a su capacidad de correr y al acierto exterior (los lanzamientos liberados tras bloqueo en cabecera castigaron al Granca), el Real Madrid cerró un impresionante primer cuarto con 37 puntos, 8 triples anotados y 52 créditos de valoración que nos obligó a echar mano de los libros de historia. Los blancos rozaron récords logrados en un primer cuarto como el de anotación (39, logrados por el Baskonia en 2007) o de diferencia (25, por el propio Real Madrid en el 2000), pero aún podían superar el récord de triples de la competición (22) o, al menos, la mejor marca del club (19).
Otro día tendrá que ser, pensó el Gran Canaria.
Colgados de Matt Costello (17 de sus 26 puntos llegaron en el segundo cuarto), los insulares comenzaron a recortar distancias y, aunque aún concedían muchos puntos, comenzaron a revitalizar un proyecto que parecía no tener rumbo en marzo. La reacción del Gran Canaria, aunque no sirviera para sumar una victoria, dio muestras del talento que atesora una plantilla que aún espera el paso al frente de Stan Okoye. Y es que este torneo es un bombazo (en el mejor de los sentidos) para aquellos equipos que no han demostrado aún lo que se espera de ellos.
El Gran Canaria consiguió evitar que el Madrid infundiera miedo a los otros 10 equipos. Apagaron un incendio, dejaron al equipo de Pablo Laso en 11 puntos en el tercer período y apenas dos triples en toda la segunda mitad. No fue suficiente para ganar ni para inquietar al Madrid, que siempre mantuvo las pulsaciones bajas.
Las sensaciones son claves. El torneo para el equipo de Fotis Katiskaris empieza ahora,
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