El resurgir del dragón

Por Gerard Solé / info@eurohoops.net

Energía, corazón e inteligencia. Valores que han marcado la carrera del joven ala-pívot que, hace apenas un año, fue nombrado como uno de los jugadores revelación de la Liga Adriática. Factores que, en el día más señalado, hicieron resurgir a San Pablo Burgos para ganar un partido que puede pasar a la historia del deporte burgalés. Si Valencia Basket derrota a Herbalife Gran Canaria, los de Peñarroya estarán en las semifinales de la Fase Final Excepcional de la Liga Endesa

Virtudes y un futuro que llamaron la atención en el pasado verano de 2019 de uno de los equipos más poderosos de la EuroCup, un Lokomotiv Kuban Krasnodar que esperaba que Dragan Apic fuera una pieza indispensable desde el primer día. 

Sin embargo, el balcánico nunca acabó de encontrar su rol ni su espacio en una plantilla repleta de grandes nombres y trayectorias, como los exNBA Sam Dekker, Alan Williams o Johnny O’Bryant. Y a mitad de temporada, ante los problemas de lesiones, Burgos decidió apostar por él, dándole la oportunidad que nunca llegó a tener en Krasnodar. 

No fue un inicio fácil. Hubo gran expectación tras su llegada, pero Apic precisó un necesario tiempo de adaptación para poder ser útil para Peñarroya. Sin embargo, ya en su tercer partido como burgalés, el serbio dejó grandes destellos de lo que podía ser, anotándole 15 puntos a todo un AEK de Atenas. Un primer aviso. Un primer ejemplo del enorme impacto que podía tener Apic en apenas pocos minutos. 

Y de esos chispazos, a fiabilidad y consistencia. La producción de Apic en esta Fase Final Excepcional ha sido una grata sorpresa para la entidad castellana. El balcánico ha aprovechado bien sus minutos para aportar y transmitir energía extra al equipo y para simplificar jugadas y momentos gracias a su gran movilidad e inteligencia sin balón. Unas virtudes letales ante un rival sin interiores grandes como MoraBanc Andorra

Jugando a la espalda de Bandja Sy o Tyson Pérez y buscando atacar de cara a hombres menos móviles como Llovet o Olomuyiwa, Dragan Apic se convirtió en un aliado letal para los generadores burgaleses. Su energía, su valentía y ambición en el rebote y en esos balones sueltos fueron un extra muy necesario para un equipo que llegó a caer hasta por 16 puntos en el día más decisivo. “Su partido y su carácter nos han permitido engancharnos en la segunda mitad”. Así de meritoria valoró Peñarroya la aportación del balcánico. 

Y es que cuando todo parecía un infierno mortífero en el que no existía salvación posible, el dragón extendió sus alas y levantó a un San Pablo Burgos que puede alcanzar la historia. Una actuación “tremenda, tanto ofensivamente como defensivamente”, según reconoció Peñarroya, que alabó el “carácter” de un Apic que mostró “gran entereza” en un día clave tras haber fallado una canasta asequible en un momento decisivo en el último encuentro ante Valencia Basket. Instantes que pueden hundir a cualquier mortal, pero no a un incombustible dragón. 

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