EL BASKONIA Y DUSKO IVANOVIC VUELVEN A HACER HISTORIA

Por Alex Madrid / info@eurohoops.net

La final, como toda la Fase Excepcional, fue espectacular. La final, como toda la Fase Excepcional, estuvo cargada de emoción, de principio hasta la bocina que desató la locura en el Baskonia.

Los dos equipos rompieron el mito de que los partidos con pocos puntos son aburridos. Las defensas mostraron su mejor nivel, los árbitros permitieron la intensidad y los choques, las manos provocaron pérdidas y las ayudas llegaban en el momento justo para evitar situaciones de superioridad. Primer motivo por el que deberíamos otorgarle gran mérito a Dusko Ivanovic. Un entrenador de la vieja escuela y, posiblemente, el más duro de la competición. Pero consiguió que su equipo llegara en un punto óptimo de preparación física y así poder contrarrestar las virtudes del Barça.

Entre tanta oscuridad en ataque, dos bases pusieron la luz. Luca Vildoza (que terminaría alzándose con el premio al MVP) y Thomas Heurtel, lastrados todo el año por las lesiones, fueron los protagonistas ofensivos del último partido de esta extraña temporada.

Sin embargo, mientras Vildoza resultó decisivo con una bandeja que pasará a la historia -tras un maravilloso pase de Achille Polonara-, inexplicablemente el base francés vio cómo su equipo perdía la final desde el banquillo. Svetislav Pesic no quiso que su mejor hombre (21 puntos con 8 de 11 en tiros de campo) estuviera en el parqué en una jugada que decidía el título. Quizás no solo consista en jugar mejor, sino en tomar decisiones lógicas en el momento preciso.

Hablando de sucesos inexplicables, debemos mencionar la actuación de Nikola Mirotic. Tras anotar seis puntos en los primeros compases, desapareció. Todos teníamos la sensación de que el jugador que ha maravillado en su regreso a Europa tendría su protagonismo en los últimos minutos. Unos últimos minutos en los que el balón pesaba cinco veces más de lo normal y los tiros no tocaban la red. Sin embargo, una 5ª falta culminó un partido que le costará borrar de su memoria (4 de 13 en tiros, 2 pérdidas y -1 de valoración).

Pero dejemos de crucificar al subcampeón y alabemos el trabajo y el sacrificio de un Baskonia que prometía ser una de las grandes sorpresas de este torneo… y no ha decepcionado. Una preparación espectacular que ha llevado al club a su cuarto trofeo liguero, el primero en 10 años. Una preparación que nos ha permitido descubrir la mejor versión de Ilimane Diop, que ha devuelto a la vida a Matt Janning en el momento que más se le necesitaba o que ha permitido que Zoran Dragic, Shavon Shields o Pierria Henry fueran los líderes, no en la final, pero sí en diferentes momentos del torneo.

Muchos de estos jugadores no vestirán la camiseta azulgrana la próxima temporada, pero tendrán la sensación de haber cerrado una etapa con un broche de oro: “Teníamos que ganar por Toko. Hasta ahora no había ganado nada y debía ganar hoy“, reconocía un sonriente Dusko Ivanovic tras el partido.

El montenegrino es el héroe revitalizó un equipo que parecía ir a la deriva en diciembre hasta convertirlo en campeón en una temporada atípica.

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