Por Alex Madrid / info@eurohoops.net
Cuando el Real Madrid pagó al Valencia Basket la cláusula de Alberto Abalde, muchos se extrañaron por la fuerte inversión del club blanco. En cierto modo, era entendible: los 1,5 millones suponían el mayor fichaje del Madrid desde 2009 y, de manera indirecta, condicionaba el resto de incorporaciones.
Sin embargo, el alero gallego sólo ha necesitado un partido oficial para que, los que dudaban o no entendían su fichaje, comiencen a entender el por qué de su llegada. Cabe recordar que, de no haber pagado su cláusula este verano, Abalde hubiera finalizado su contrato con el Valencia Basket al final de temporada… y entonces el Madrid tendría que haber negociado un traspaso con el conjunto taronja, propietario de sus derechos.
Abalde, que comenzó el partido como escolta, no hizo alarde de una de sus grandes virtudes, el rebote, pero sí destacó creando ventajas con el bote, corriendo y encestando los apenas tres lanzamientos que hizo. Uno de ellos, dedicado a los amantes del baloncesto de toda la vida: finta en el triple, ataque con bote, lanzamiento a tabla desde media distancia y canasta. Está llamado a ser el sustituto natural de Rudy Fernández, pero al balear aún le queda mucho baloncesto en sus manos.
El que posiblemente sea el fichaje más importante de la era Pablo Laso, que hoy iniciaba su décima temporada como técnico blanco, fue el jugador más destacado del partido. Rudy, en su versión reconvertida, esa que le convirtió en un gran tirador además de un excelso e inteligente defensor, terminó con 18 puntos (cinco triples) en 19 minutos. Habrá dudas respecto al base o al pívot suplente, pero el Madrid tiene el presente y el futuro asegurado en el ‘3’.
En cuanto a lo que fue el partido, lo decía al inicio del análisis de la primera semifinal y lo repito aquí: para los cuatro equipos que la disputan, la Supercopa es el primer partido oficial de la pretemporada. Es por ello que el juego es menos fluido, los porcentajes de tiro suelen ser más bajos de lo habitual y, sobre todo, muchas pérdidas. Por estos motivos, los equipos que menos cambios realizan parten con ventaja.
El Iberostar Tenerife se mantuvo cerca en la larga primera mitad (casi una hora de juego tras las 30 faltas personales señaladas y 36 tiros libres lanzados) pese a las pérdidas, pero el Madrid no necesitó forzar la maquinaria para vencer con comodidad. De hecho, sólo Facundo Campazzo y Anthony Randolph superaron la veintena de minutos.
Mañana, primer título en juego y primer Clásico de la temporada.
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