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Fue un partido característico de tarde de domingo. El ambiente invernal nos brindó un partido frío, falto de ritmo y en el que el Hereda San Pablo Burgos se mantenía a duras penas con vida gracias a los triples de Thad McFadden.Si a la mezcla añadimos que el Real Madrid, desde la marcha de Facundo Campazzo, involucra más a todos sus jugadores y practica un baloncesto más coral, el resultado es que, tras 13 jornadas, el equipo de Pablo Laso permanece invicto.
Los madridistas superaron la dura prueba de Coliseum que, pese a no disponer de su mayor arma -el público-, continuaba siendo un pabellón casi inexpugnable. De hecho, sólo el Fuenlabrada había conseguido sacar algo positivo esta temporada, en aquel famoso partido con el Burgos mermado por las bajas.
El Madrid disfrutó de una victoria más cómoda de lo esperado (60-74) gracias a su defensa y a un tremendo dominio del encuentro. De hecho, los locales únicamente amenazaron de manera tímida al final del primer cuarto, cuando consiguieron su primera ventaja gracias a un parcial de 13-0.
Laso, que había apostado por iniciar el partido sin Edy Tavares, vio cómo su equipo sometía a los burgaleses en cuanto puso a su torre en juego. Con el caboverdiano, el Madrid tuvo un +13 en pista. Sin embargo, esta vez el líder en esta estadística, al igual que en la anotación general, fue Nico Laprovittola. Con 13 puntos y un +18 en apenas 18 minutos sobre el parqué fue el líder en ataque, pese a alguna que otra desconexión.
Varios madridistas rozaron la decena de puntos, pero sólo Rudy Fernández acompañó a Laprovittola. Con 10 puntos y 4 recuperaciones volvió a firmar un partido soberbio, aunque no tan acertado desde 6’75.
En el equipo de Joan Peñarroya, Dejan Kravic (14 puntos )fue el máximo anotador gracias a una buena recta final, en la que trató de recortar distancias nada más iniciarse los últimos diez minutos.
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