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Uno de las mayores virtudes que siempre se ha destacado del Real Madrid es su capacidad competitiva. Y, si hay un jugador que lo representa a la perfección, ese es Sergio Llull. Recién recuperado de su lesión, disputó el tercer partido de la serie ante el Valencia Basket y lideró a su equipo a la final de la Liga Endesa, que arranca este domingo frente al Barça:
“Lo que nos ha llevado hasta aquí es el gen competitivo del equipo“, explicaba Llull, en unas declaraciones que recogen los medios del club. “Cuando peor están las cosas este equipo saca su carácter, las ganas de hacer las cosas bien, de seguir ganando y de seguir luchando por los títulos. Somos el Real Madrid y no queremos excusas. No ha sido una temporada fácil, pero tenemos una plantilla amplia y muchos jugadores capaces de aportar cosas positivas. Estamos muy contentos de estar en esta final“.
Pese a todas las bajas, Llull incidía en no poner excusas. Pero también era relevante conocer su estado físico de cara a la final: “Estoy perfecto y con ganas de ayudar al equipo. Jugar contra el Valencia no fue ningún sacrificio. Pese a ser una semifinal, era una final para ayudar al equipo. Me gusta jugar, odio estar lesionado. En los últimos tiempos me ha tocado estar fuera mucho tiempo y eso no me gusta nada. Venía sin entrenar y prácticamente sin correr desde hace una semana, pero lo normal era estar con el equipo y dar el máximo para conseguir el objetivo”.
En una final tan corta, a tres partidos, el factor cancha se antoja clave. Especialmente, con la vuelta del público a las gradas: “Me alegro mucho del regreso del público. Se ha hecho muy duro. El baloncesto es un deporte de sensaciones y sentimientos y hemos recuperado esa magia del baloncesto en un campo lleno ya sea en casa o fuera. Es un paso adelante hacía la vuelta a la normalidad”.
El ‘Factor Pau Gasol’ es otro de los grandes alicientes de la gran final: “Parece un chaval. Está a un nivel altísimo y en estos partidos ha demostrado su liderazgo y el gen competitivo que aporta a su equipo”, elogiaba Sergio Llull.
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