Alex Madrid / amadrid@eurohoops.net
Cory Higgins hizo y deshizo a su antojo. Hizo puntos y deshizo a la defensa del Real Madrid, con especial insistencia en el tercer cuarto, para robar el factor cancha y dejar al Barça a una sola victoria del título de la Liga Endesa (75-89).
El ahijado parecía incapaz de fallar y cada balón que tocaba lo convertía en canasta. Ni siquiera estuvo siete minutos sobre el parqué en el tercer cuarto, pero anotó 14 puntos con una serie perfecta de tiro mientras el Barça le daba la vuelta al partido gracias a un parcial de 0-17. Sus 26 tantos bien pueden valer una liga y, en la víspera de su 32 cumpleaños, se hizo un autoregalo inmejorable.
El Real Madrid había planteado un partido duro, tratando así de igualar el talento del Barça con una intensidad impropia del final de temporada de un calendario tan congestionado. Durante 20 minutos, a los azulgranas les costó anotar con soltura, el Madrid se veía por delante en el marcador y, de hecho, había conseguido igualar ese talento con trabajo defensivo.
El principal problema que afrontaba Saras Jasikevicius era encontrar un recambio de garantías para Nick Calathes. Y, en apenas cuarto y medio, había hecho desfilar por la posición de base a todos aquellos manejadores que encontraba en su banquillo. La solución era más sencilla de lo esperado: poner el balón en manos del mayor talento que tenía a su disposición. El Barça y su ataque fluyeron para llevarse un partido que se antojaba clave en la eliminatoria.
El Real Madrid sobrevivió hasta el gran parcial del Barça gracias a su exhuberancia en la pintura y los 21 rebotes ofensivos capturados. No es de extrañar que, con tanta presencia de los interiores, fuera Edy Tavares el jugador más destacado de los madridistas con 16 puntos y 11 rebotes, que no fueron suficientes para evitar el destrozo provocado por Higgins.
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