Por Alex Molina / info@eurohoops.net
GRANADA – El Barça se proclamó ayer campeón de la Copa de Rey 2022 tras superar al Real Madrid en la gran final. Los azulgranas revalidaron el título logrado en Madrid la temporada pasada para volver a demostrar que le tienen tomada la medida a los blancos. Pero los jugadores de Jasikevicius no fueron ni los únicos ni los mayores ganadores del fin de semana.
El coronavirus nos quitó la Copa del año pasado. Sí que se disputó, pero sin público, lo que le quita toda la magia. Tras muchos años, la ACB decidió (de forma acertada, probablemente) llevar la Copa del Rey a una ciudad sin equipo en la competición. Este año no habría equipo anfitrión, así que si querías estar allí tenías que ser uno de los ocho mejores equipos de la primera vuelta. Y punto. La apuesta era arriesgada pero resultó ser un éxito total, pues se combinaron todos los ingredientes necesarios para que así fuera.
Granada fue la ciudad escogida para acoger el evento. La preciosa capital andaluza tiene una larga tradición baloncestística, con el equipo de la ciudad con muchas temporadas en la primera división española y luchando esta temporada para ascender de nuevo a la Liga Endesa. Pero la ciudad no importa demasiado, lo que hace la Copa tan grande es la gente.
La gente tenía ganas de fiesta y de pasárselo bien y si es con baloncesto de por medio aún mejor. La pandemia parece que cada vez es menos importante, las restricciones son noticia por ir desapareciendo y los veteranos coperos querían desquitarse de la pasada edición, a la que no pudieron acudir. Puede sonar a tópico, pero la Copa es algo distinto y te das cuenta de ello cuando estas ahí. Cuesta pensar en otro deporte y torneo de cuatro días en el que exista una comunión tan grande entre todas las aficiones: las de los equipos clasificados y los que no.
A parte de los que acudían al Palacio de Deportes de Granada y sus fiesteros alrededores con la camiseta del club de su pueblo o ciudad, muchos equipos ACB tenían representación en las gradas. Pude ver aficionados del San Pablo Burgos, del Morabanc Andorra, del Casademont Zaragoza y obviamente, del Baskonia. Los vascos y su afición eran uno de los fijos en la Copa. El equipo no pasa por sus mejores momentos pero de ninguna forma sus fans se perderían la gran fiesta del baloncesto español. Y no es que solamente estaban allí, sino que lideraban la fiesta.
Por momentos, parecía que el partido que estuviera a punto de disputarse no fuera ni importante, casi como una escusa para pasárselo bien. Llegados a este punto, mención especial al DJ del Palacio de Deportes, que supo qué poner en cada momento para que todos los fans de todos los equipos bailaran y animasen al unísono. Aficionados de Madrid y Barça bailando y cantando la misma canción cuando sus equipos se están jugando el título… Cuesta creer pero es así. Seguro que a pesar de la derrota, los fans del Real Madrid volvieron a sus casas contentos. No por el resultado obviamente, sino por el fin de semana que se habían pegado. Y los del Barça, igual pero al revés. ¿La victoria y el título? Algo secundario, el objetivo del fin de semana se había cumplido de jueves a lunes, que la madrugada del domingo fue larga.
ACB Photo / M- Pozo