Por Alex Madrid / amadrid@eurohoops.net
Hace unos meses, este escenario en la final de la Liga Endesa hubiera sido casi impensable. El Real Madrid ha robado el factor cancha a la primera, tras una verdadera exhibición en el Palau Blaugrana (75-88) y alcanzando un nivel de baloncesto excelso ante el Barça.
Pese a jugar sin bases, la ausencia de su entrenador principal e infinidad de problemas -como la terrible lesión de Anthony Randolph en plena final-, el equipo madridista ha mostrado una solidez en los últimos dos meses que sólo los más optimistas podían imaginar durante la gran crisis de la era Laso.
De momento permanecen invictos en los playoffs y sólo se le vio titubear levemente durante el arreón azulgrana. Con un parcial de 12-0 en el último cuarto, el equipo de Sarunas Jasikevicius no pudo llegar a soñar con la remontada, pero sí evitó una sonrojante derrota. La máxima alcanzó los 23 puntos de diferencia y nunca corrió realmente peligro la victoria.
De hecho, la mayor ventaja de los azulgranas llegó con el 5-0 inicial (5 de los 13 puntos en el partido de Nikola Mirotic), pero el nivel físico estaba un par de peldaños por debajo. Y no es la primera vez que les ocurre esto en el playoff…
Desde el hambre de venganza de Adam Hanga (16 puntos, todos en la primera mitad) y con un gran acierto ofensivo, el Madrid dominó el primer cuarto (17-30) y sólo tuvo que mantener a raya a líder de la fase regular para ponerse 0-1. La ayuda de Gaby Deck (18 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias) y Fabien Causeur (15 puntos) volvió a resultar fundamental.
Y, mientras tanto, Chus Mateo sigue sin saber lo que es perder cuando se hace cargo del banquillo blanco.