Por Alex Molina / info@eurohoops.net
El Barça ha solventado la siempre especial y complicada visita del Joventut Badalona al Palau con un claro triunfo por 87-71. Partido totalmente controlado de los de Jasikevicius que confirman su gran momento de forma justo cuando empieza el tramo decisivo de la temporada.
La victoria azulgrana ha llegado a través de aprovechar las ventajas. Todos los sistemas que pintan los entrenadores en el mundo del baloncesto son para crear ventajas o aprovecharlas, pero hoy Jasikevicius no ha tenido que hacer muchos garabatos para indicar a sus jugadores qué tenían que hacer. Una y otra vez, los azulgranas han castigado el poste bajo, con mención especial para Tomas Satoransky (19 puntos, 5 asistencias y 27 de valoración), que ha hecho prácticamente lo que ha querido con sus pares una y otra vez. ¿Que el joven Kraag entraba a pista? Ahí estaba Kalinic para aprovecharlo. ¿Cambios automáticos en cada bloqueo? Mirotic (10 puntos y 4 rebotes) y compañía se hacían con un hueco para aprovechar la ventaja cerca del aro.
Y es que cuando la defensa verdinegra se cerraba para intentar frenar la sangría, los interiores culés castigaban una y otra vez la defensa visitante, con Carles Duran desesperándose en la banda sin encontrar solución ni amparo. Sertac Sanli ha firmado uno de los mejores partidos de la temporada con 16 puntos y 6 rebotes, siendo uno de los principales beneficiados de estas situaciones de ayudas y mostrando una seguridad en sí mismo que hacía mucho tiempo que no se veía.
El paso por vestuarios no cambió mucho la película. Con Satoransky en un estado de forma impresionante, la ventaja no hizo más que crecer con el paso de los minutos. La Penya, quizás pensándose que ellos tenían la culpa de lo vivido, decidieron centrarse en el arbitraje y quejarse sin tregua ni motivo aparente, momento en el que, como acostumbra a pasar, se marcharon definitivamente del partido. El partido se embarró un poco -técnica por aquí, antideportiva por allá- pero hacía ya muchos minutos que el ganador del encuentro estaba más que claro: una vez más, el Barça se llevaba el clásico catalán.