Por Alex Molina / info@eurohoops.net
El Barça se ha llevado el primer partido de las semifinales ante el Unicaja de Málaga por un apretado 84-81. Los azulgranas golpean primero y consiguen marcharse a sus casas con una sonrisa en la cara después de un igualado, raro y largo partido.
Tras unos minutos de nervios y errores por ambos bandos, los triples empezaron a caer por parte local y con ellos llegó la tranquilidad para la parroquia azulgrana. El 7/13 desde más allá del arco del Barça en el primer tiempo le dio alas y oxígeno a los de Jasikevicius, que supieron -el lituano el primero- abstraerse del arbitraje de hoy en el Palau. Una serie de decisiones arbitrales incomprensibles, por acción y omisión, caldearon el ambiente de una forma inesperada, con el aficionado culé lanzándose encima del trío arbitral como hacía tiempo que no se veía.
El saldo total fue de una técnica para Jasikeivicius, que hoy estuvo especialmente histriónico e intenso y avisado nada más empezar el partido, una antideportiva para Mirotic por un manotazo involuntario a Osetkowski (cuando era muchísimo más antideportiva la acción sufrida por Vesely segundos después) y un enganchón Lapro-Perry como culmen. Calmados los ánimos, los azulgranas no tuvieron problemas en seguir controlando al Unicaja y a Ejim, con incluso la suerte de cara.
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— EurohoopsES (@EurohoopsES) June 7, 2023
El guion fue inesperadamente diferente a lo vivido en la Copa del Rey. Lo intentaron muchas veces, con Kalinoski como adalid, pero casi nunca pudieron los de Ibon Navarro atacar la espalda de los culés. Tampoco funcionó el ‘plan Will’ que tan buen resultado dio en Badalona: el zurdo no pudo castigar desde el poste y el ataque andaluz se cortocircuitaba una y otra vez.
Un parcial de 5-16 tras salir de los vestuarios, con Yankuba Sima de protagonista, reinició el partido. Desde el primer cuarto que el Unicaja no estaba a tan solo tres puntos y con la igualdad volvieron los nervios -y las malas decisiones arbitrales-. La tuvo Brizuela para poner el 57-58, pero su triple, que hubiera sido devastador, no entró. De lo que hubiera sido la primera vez que el Unicaja mandara en el marcador durante todo el partido se pasó al 66-58, todo un balón de oxígeno para el Barça, grogui viendo como se complicaba un partido que parecía controlado.
Ya en el último cuarto, otro espectáculo arbitral. Ejim sacó los codos a pasear y los árbitros le pitaron una antideportiva. Una vez revisada la acción, los de naranja estimaron que no hubo contacto con Vesely, por lo que la antideportiva pasó a ser técnica (importante saberse el reglamento). Que la atención estuviera otra vez encima de los árbitros benefició al Barça por eso de ir por delante en el marcador. Pasaban los minutos y la ventaja se mantenía estable alrededor de los diez puntos, imposibilitando por falta de tiempo la remontada visitante. Aún así, los malagueños tuvieron posesión para forzar la prórroga, la única acción negativa de Sima en todo el partido llegó en el peor momento posible, con lo que la victoria se quedó en el Palau.