Por Alex Molina / info@eurohoops.net
El Barça ha iniciado la serie por el título de Liga Endesa con una victoria ante el Real Madrid por 97-88. Trabajadísimo triunfo culé con el que los de Jasikevicius se dan un respiro tras unos días más que movidos en can Barça.
El inicio de partido estuvo marcado por la noticia de la temporada. El propio Nikola Mirotic (14 puntos y 7 rebotes) fue el que despejó la duda sobre su futuro: no se sabe dónde jugará el año que viene, pero no el Barça. Ahora solamente quedaba saber cómo recibiría el Palau a su capitán, líder total y absoluto tanto en la pista como en el vestuario, y la respuesta del aficionado azulgrana no dejó lugar a dudas.
Ovación unánime del Palau a su capitán Nikola Mirotic, que ha devuelto los aplausos a la afición azulgrana pic.twitter.com/pMMlcIeXgv
— Alex Molina (@alex30mp) June 16, 2023
A pesar de que el aficionado local quería alguna alegría cuanto antes mejor, el inicio de partido fue del Real Madrid, que se marchó en el marcador con un 4-12 que inquietó al Palau. Jasikevicius intentó un dos contra uno para obligar a Tavares (15 puntos y 7 rebotes) a recibir arriba y poner en duda el ataque blanco, pero caboverdiano siempre tomó la decisión correcta así que la reacción llegó desde el banquillo. La entrada de la segunda unidad, con Sanli (14 puntos), Kalinic y Jokubaitis encabezando la rebelión, le dio un vuelco total al partido.
El Barça terminó el primer cuarto por delante en el marcador (28-23) y la buena tendencia se trasladó al segundo cuarto. Pero la entrada del Chacho le cambió la cara al Real Madrid, que se benefició de un elemento vital en estos partidos condenados a ser siempre ajustados: la disparidad en las faltas. Satoransky (11 puntos) se cargó con tres cuando llevaba cinco minutos en pista, el Real Madrid estuvo ocho minutos del segundo periodo sin que le pitaran una y la primera mitad se cerró con nueve tiros libres para los blancos (uno de una técnica) y ninguno para el Barça. Una losa demasiado pesada para el Barça, que se marchó al descanso por debajo en el marcador (47-50).
Tras el descanso y como era inevitable, el partido se trabó. Las luces se apagaron en ambos equipos (y en el Palau, pero eso no viene a cuento ahora). Lapovittola (19 puntos) y el resucitado Da Silva (10 puntos) en el Barça, Yabusele y Williams-Goss en el Real Madrid. El nivel de acierto de ambos equipos era insostenible y de ello se aprovechó el Barça, que cerró el tercer cuarto por delante con el 63-61 en el marcador y habiendo tirado por vez primera tiros libres en el partido.
Un triple de Mirotic fue el inicio de un parcial que supo a gloria para el Barça. El 10-3 de salida del Barça puso un 74-64 que era hasta extraño por la igualdad que hubo durante todos los minutos. Como ya sucediera en Kaunas, la vieja guardia blanca entró en escena en el último cuarto. Llull (14 puntos), Chacho y Rudy jugaron de inicio pero a diferencia de lo vivido en Lituania y de múltiples esfuerzos, no pudieron imponer su veteranía. A la que Sato pudo jugar más de tres minutos seguidos y el Barça empezó a ir a la línea, pudieron los de Jasikevicius abrir brecha en el marcador. Un +10 a falta de poco menos de cinco minutos para el final era firmado por todo el Barça, pero faltaba por aparecer la zona de Chus. El cambio defensivo fue aniquilado por el protagonista de la tarde y de la semana: Mirotic le puso fin a la zona con un triple nada más volver al campo, allanando el camino a un triunfo que llegó a pesar de la insistencia a base de magia de Sergio Rodríguez (16 puntos).