Por Alex Molina / info@eurohoops.net
El Barça ha puesto el 2-0 en las finales de la Liga Endesa tras superar al Real Madrid por un apretadísimo 86-85. Igualado encuentro en el que Sergio Llull ha fallado la última acción tras comandar la remontada visitante y que podría haber sido la despedida del Palau de Mirotic, que ha firmado otra exhibición.
Si en el partido del viernes las protagonistas fueron las faltas, por ausencia de ellas, hoy lo han sido también pero por su presencia. Tavares y Yabusele se han cargado con dos muy temprano, pero lo que parecía ser una condena terminó siendo una bendición para el Real Madrid. Poirier y Hezonja salieron del banquillo para darles relevo y su papel no pudo ser más protagonista. El croata se enfiló hasta los 14 puntos, con rachas anotadoras de muchos kilates, mientras que el francés sumó 11 más para convertir entre los dos 25 de los 41 puntos al descanso de los blancos.
Pero delante había un equipo que es otro desde la serie ante el Unicaja y que también tenía artillería pesada. Mirotic (25 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias), Lapro (10 puntos y 6 asistencias) y sobre todo Vesely (18 puntos), que cerró el segundo cuarto con su primer triple de la temporada, lideraron los culés en la primera mitad, permitiendo a los de Jasikevicius irse a los vestuarios con ventaja en el marcador (45-41).
Las buenas sensaciones culés se mantuvieron en el tercer cuarto. La ventaja se estiró hasta el 57-48, pero los problemas de faltas en el bando local hicieron mella. La cuarta de Abrines, soberbio en su defensa a Musa, fue un duro golpe y el 5-0 en faltas pitadas no hacía más que ahondar en la herida. Conscientes de que ya no había más vidas por gastar, el nivel defensivo local bajó y de ello se aprovechó Tavares (13 puntos y 9 rebotes), imponiéndose en la zona con claridad. Al ritmo del Chacho, los blancos fueron recortando distancia hasta el 68-65 de final de tercer cuarto.
En el último cuarto, dudas y incertidumbre se adueñaron de los jugadores del Barça. Lo que antes era una constante, encontrar buenas situaciones en ataque, se convirtió en un recuerdo y la defensa del Real Madrid se imponía y una otra vez, aunque la clave fue la irrupción del de siempre. Cinco puntos seguidos de Sergio Llull (15 puntos) significaron un 72-75 que se alargó hasta el 72-77, obra de Yabusele con un enfático mate. Un parcial de 0-11 este parcial de 0-11, ya bien entrado el último cuarto, sentenciaría cualquier encuentro, pero el Palau no iba a permitirlo. Con el aficionado azulgrana una vez más entregado, los de Jasikevicius prácticamente resucitaron y pusieron el 79-80 a falta de minuto y medio. El intercambio de triples entre Llull y Sanli significó el 82-83, momento en el que se produjo la jugada clave del partido, justo al inicio del carrusel de viajes a la línea.
Tavares falló los dos tiros libres, algo extraño en él, y en la lucha por el rebote, Hezonja le hizo una telegrafiada falta a Mirotic que el montenegrino se encargó de convertir en 84-83. Llull tampoco falló (84-85), ni lo hizo Lapro (86-85). La última era para los blancos, pero a diferencia de lo vivido en Kaunas, Sergio Llull no pudo convertir el último tiro.