Por Alex Molina / info@eurohoops.net
El Barça encaraba el partido ante el BAXI Manresa con tres derrotas en los últimos cuatro partidos. El derbi catalán siempre es caliente y los del Bages le complican la vida a todo el mundo, por lo que el partido era perfecto para una reivindicación… que ha terminado fatal para los de Peñarroya. La derrota por 85-72 es casi la mejor noticia posible del día, ya que el juego y sensaciones fueron incluso peores y la plaga de lesiones siguió cobrándose víctimas. Después de anunciar que Raul Neto tiene para cuatro semanas y no poder contar con Jabari Parker por precaución, Darío Brizuela ha sido el último en caer lesionado.
Tomas Satoransky (16 puntos y 4 rebotes para 24 de valoración) ha sido el mejor en el equipo de Barcelona, terminando el partido con ESTADISTICAS, con Willy Hernangómez firmando una buena segunda mitad. Álex Reyes (12 puntos) y Dani Pérez han destacado por los locales, aunque como ya viene siendo costumbre en ellos, han basado su triunfo en un gran juego y esfuerzo coral.
Un recital local
A pesar de un gran inicio de Joel Parra (13 puntos), los locales no tardaron en adueñarse del partido. El zurdo catalán, reciclado a ala-pívot por la lesión de Metu, ha sido el principal motivo por el que el Barça se ha mantenido en el partido tras el primer cuarto (22-22). Pero la energía local ha superado por completo al conjunto azulgrana. Con Dani Pérez (22 puntos y 4 asistencias) dirigiendo el equipo a la perfección, los manresanos han comenzado a quedarse con el control del partido, viendo como todo marchaba fatal para los visitantes.
El Barça comenzó a desesperarse y perder los nervios, con Joan Peñarroya ganándose una técnica y Youssoupha Fall perdiendo los papeles en el banquillo. El francés no volvió a jugar después armar un Cristo con lanzamiento de botella incluido, pero tampoco lo hizo Darío Brizuela por un motivo muy distinto. El vasco se resbaló mientras defendía y no pudo volver a pista por problemas musculares, unos contratiempos que se sumaban al 43-33 que reflejaba el marcador.
Con tal panorama, el 51-38 para el BAXI Manresa al descanso era lo más normal del mundo, una cómoda ventaja que no hizo que aumentar en la segunda mitad. El 57-42 llegó con descalificación de Kevin Punter, que se marchó a los vestuarios por una antideportiva en la primera mitad (la que terminó en técnica para su entrenador) y una técnica por protestar una antideportiva tan clara como la que le pitaron a él.
Sin esperanzas de reacción visitante alguna, el tercer y cuarto periodo fueron un suplicio para el Barça y una fiesta para el BAXI Manresa, que tras mantener en todo momento una ventaja cercana a los dos dígitos e incluso llegar a los 21 con el 74-53, iguala a los azulgranas en la clasificación con 5-4 y que sueña, una temporada más, con meterse en la Copa del Rey.