Por Alex Molina / info@eurohoops.net
Barça y Joventut Badalona han jugado un clásico catalán que ha tenido de todo. Los verdinegros han asaltado el Palau tras 45 minutos de tensión, y es que ha sido necesario ir al tiempo extra para que la Penya se llevara el partido por 90-91.
Hay algunas cosas que no cambian nunca y ni que haya llegado un año nuevo, el Barça sigue sin encadenar dos partidos serios y sólidos. A pesar de haber mostrado una grandísima versión en París, la pista de uno de los equipos más en forma de Europa, los de Peñarroya iniciaron el gran derbi catalán con una imagen muy pobre. Sin ideas en ataque y con Kaiser Gates aprovechando la baja de última hora de Sam Dekker y los agujeros de la defensa azulgrana, los minutos pasaban y la ventaja a favor de los visitantes no hacía más que aumentar.
El 7-19 encendió todas las alarmas en el Palau, que aún tenía muy presente el trauma con Thomas Heurtel pero que tenía que hacer frente a un problema aún peor: la posibilidad más que posible de que el Barça se quede fuera de la Copa del Rey. La desesperación y el pavor comenzaron a apoderarse del banquillo azulgrana, pero suerte tuvo Peñarroya de que entrara en acción el gran fichaje de invierno. Chimezie Metu (18 puntos) se convirtió en protagonista del partido y el Barça activó el plan ‘balones a Metu’. El interior era el único con cierta idea de qué hacer de cara el aro y sus 14 puntos antes del descanso fueron lo único que permitieron que el Barça se reenganchara al partido. El 27-28, ya en el segundo cuarto, era tan bueno para el Barça como malo para la Penya. Tras muchos minutos de dominio, sobre todo en la zona con Pustovyi y Tomic haciendo mucho daño, el resultado no era todo lo positivo que podía ser, pero un arreón para cerrar la primera mitad les dio un 36-40 que muy probablemente habrían firmado antes de comenzar el encuentro.
La llegada de la segunda mitad no cambió nada en el partido. El ataque azulgrana rozaba el ridículo y Kraag y Gates (20 puntos) seguían poniéndose las botas en el otro aro, disparando la ventaja verdinegra hasta un 38-48 que fue un puñal en el Palau. Los nervios eran más que palpables y no fue hasta la vuelta a pista de un secundario que el Barça se reactivó. Joel Parra entró en escena y le dio un aire distinto al Barça, que a pesar de dejarse varios puntos en la línea de tiros libres, cerró el tercer con un 48-53 que era hasta positivo.
Pero estaba más que claro que el partido de hoy era de los de Miret. Los ataques azulgranas eran el festival de la anarquía y ni la inspiración de Parra podía contrarrestar el mejor plan de partido de los verdinegros. Con Pustovyi (18 puntos) inmenso en la zona, la ventaja volvió a ser de diez puntos con el 57-67 y los nervios se adueñaron completamente del Barça… hasta que uno que no se pone nervioso brilló con luz propia. Kevin Punter (19 puntos) anotó tres triples seguidos para poner un 72-70 absolutamente apoteósico. Cuatro puntos más, dos suyos y dos de Parra (18 puntos y 4 rebotes), pusieron un 76-72 que parecía definitivo, pero Tomic y Dotson, tras una más que probable falta en defensa, empataron el partido a 76, un resultado que no se movió a que Punter falló en la última acción del tiempo reglamentario.
El tiempo extra fue un intercambio de golpes constante entre ambos equipos. Los triples y canastas se sucedían sin cesar, con invitados especiales como Satoransky y Dotson apuntándose a la fiesta, por lo que todo se decidió en la última acción (una vez más). Roberston quiso convertirse en el héroe y su mejorable tiro, con 90-89 en el marcador, no tocó ni aro. El balón terminó en manos de Satoransky (15 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias), que falló los dos tiros libres y dejó en bandeja de plata el triunfo a la Penya. Roberston volvió a ser el elegido y él si que no falló desde el 4.60, dándole un triunfo al Joventut Badalona tan merecido como trabajado, ya que Kevin Punter volvió a fallar sobre la bocina.