Por Alex Molina / info@eurohoops.net
Las Palmas de Gran Canaria – El Unicaja de Málaga se ha proclamado campeón de la Copa del Rey 2025 tras superar al Real Madrid en la gran final (93-79). Brillante triunfo de los de Ibon Navarro, cuyo plan sigue dando frutos en la Costa del Sol y confirma el proyecto malagueño como una realidad, por si quedaba alguna duda.
Ni los tempraneros problemas de faltas de los interiores del Unicaja evitaron que los de Málaga comenzaran mandando en el marcador. Sima y Balcerowski, que entró en la convocatoria en el lugar de Tillie, tenían muchos problemas para frenar a Tavares cerca del aro, pero la alegría de los de Ibon Navarro se impuso a la inmensa superioridad física blanca. Kam Taylor comenzó a sumar para comandar el ataque “local” y los diez primeros minutos se terminaron con un 18-15 que invitaba al optimismo andaluz, mayoría en el Gran Canaria Arena hoy.
SIMA NO LE TIENE MIEDO A NDIAYE
— Eurohoops España (@EurohoopsES) February 16, 2025
La versión más precipitada y descontrolada de Mario Hezonja permitió al Unicaja recuperarse de estar por debajo en el marcador por primera vez en todo el partido (26-27), encadenando un parcial de 8-0 hasta el 34-27 tras triple de Perry. El partido tenía buena pinta para el Unicaja, pero una antideportiva (otra más) de Osetkowski permitió a los blancos reengancharse en el marcador hasta tan solo un punto (37-36), aunque Carter puso el 39-36 sobre la bocina del descanso.
Durante la primera mitad, las sensaciones eran favorables al Unicaja y tras el descanso, los vientos pasaron de soplar a favor a ser un huracán. La enésima demostración de calidad de Kam Taylor puso un 50-42 que eran buenísimas noticias para el Unicaja, que vio como el acierto exterior de Kalinoski y Kravish disparaba la ventaja hasta los doce tantos (56-44). A pesar de que los mejores minutos de Campazzo recortaron distancias, el Unicaja mantuvo controlados al Real Madrid al ritmo de un Taylor excelso, cerrando eso sí los blancos el tercer cuarto con un clásico del baloncesto nacional: triplazo sobre la bocina de Sergio Llull.
Pero ni eso sirvió para cambiar la inercia. Con el pabellón encendido al ritmo de la charanga malagueña, que puso la alegría en las gradas cada día pero se guardó lo mejor para el final, los de Ibon seguían el plan al pie de la letra. Juego rápido e inteligente hasta el 74-60, un -14 que Chus Mateo se vio obligado a parar con un tiempo muerto que tuvo sus efectos (76-70) pero que el Unicaja supo neutralizar. El 85-70 a falta de cuatro minutos eran noticias casi inmejorables para los de verde y morado, que lograron aguantar el intento de remontada blanca para lograr una nueva Copa del Rey de forma brillante.