Por Alex Madrid / info@eurohoops.net
MADRID – No hay ningún equipo en España que tenga la medida tomada al Barça Lassa como el Iberostar Tenerife. En los seis enfrentamientos anteriores a la Copa del Rey, los azulgrana solo habían conseguido ganar uno y no de manera holgada. Esta vez solo fue un poco distinto (92-86).
La enmarañada defensa del Tenerife no hizo acto de presencia y, tras un inicio igualado, el Barça marcó la diferencia. Adam Hanga (11 puntos, 3 rebotes) , opositando al MVP del torneo, comenzó a marcar el ritmo ofensivo. Pau Ribas (14 puntos) penetraba por la zona a su antojo. Kyle Kuric (12 puntos), inédito en los cuartos de final, dio soluciones abriendo la pista. En realidad, todos los jugadores estaban enchufados. Demasiado para unos insulares que, de nuevo, buscaron a Colton Iverson (13 puntos, 8 rebotes) con insistencia y que encontraron en Tim Abromaitis (24 puntos) a su máximo anotador.
El segundo cuarto terminó con un +12 a favor del Barça y, con 30 minutos disputados, la distancia era ya casi insalvable. Cada vez que los tinerfeños encadenaban un par de canastas seguidas, la respuesta era inmediata. Cuando los insulares encontraron su lugar en el partido ya era demasiado tarde.
Dentro del último minuto, una falta muy discutida por el banquillo del Tenerife acabó con Txus Vidorreta expulsado y con las esperanzas de remontada.
Partido sólido, pero nervios del campeón en los últimos minutos. El Barça ya espera un clásico o un derbi en la final.
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