Por Alex Madrid / info@eurohoops.net
El Real Madrid trituró sin piedad a un Valencia Basket (94-72) que llegó al Palacio de los Deportes tras haber descansado apenas 48 horas tras su eliminatoria de cuartos de final.
El hombre que decidió el choque fue cuestionado tras la final de la ACB -que jugaron ante Valencia, precisamente- en su primera temporada. No jugó los últimos tres partidos de la final el año pasado. Pero Pablo Laso confió en él. Le dio galones y Anthony Randolph respondió. Sigue tomando tiros en ocasiones precipitados. Le cuesta no lanzar cuando el balón no ha pasado por sus manos en la última posesión. Pero la esquina se ha convertido en su hábitat natural, desde donde ejecuta a sus rivales a ritmo de triple. Y es que, durante los 22 minutos que el ala-pívot estuvo en pista, el Madrid logó un brutal +29.
Cinco de sus seis lanzamientos exteriores lanzados -y convertidos- fueron desde esa esquina. El otro, desequilibrado y desde ocho metros, ejemplificó el partido que hizo el conjunto blanco. Les entró absolutamente todo (16 de 27 en triples).
Con dos parciales, uno al comienzo del partido (14-5 de salida) y otros justo al volver de vestuarios (24-5), el primer punto de la eliminatoria quedó más que decidido. Para entonces, el Madrid dominaba 72-38.
El partidazo de Aaron Doornekamp, que terminó con 15 puntos, 6 rebotes, 3 asistencias y 3 robos, pasó desapercibido por la exhibición blanca.
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