Por Alex Madrid / amadrid@eurohoops.net
El baloncesto y el cine tienen una larga historia de amor. La combinación ha resultado habitualmente un éxito independientemente del género elegido. De la animación de Space Jam al más puro drama de He Got Game, no hay aficionado al balón naranja que no las aprecie. Hustle (‘Garra’ en su traducción, que elude el juego de palabras) se queda en un punto equidistante entre ambas, más cercana a esa comedia deportiva, con un trasfondo dramático, que tan bien funcionó con ‘Los blancos no la saben meter’.
Una vez finalizado este repaso cinematográfico a las tradicionales y más icónicas cintas en las que el baloncesto ocupa el tema central -mis disculpas si en el camino no se ha mencionado su favorita-, hagamos un salto temporal hasta este Hustle. La NBA como liga se presenta en pantalla y, aunque nunca abandona el toque cómico que Adam Sandler lleva tatuado, plasma la dureza del negocio.
El poder, la inestabilidad laboral y la resistencia de aquellos que no brillan junto a los grandes nombres. Stanley Sugarman (a quien interpreta Sandler, como un scouter que persigue su sueño de llegar a los banquillos) es arrastrado por la inhumana maquinaria de la NBA debido a su único objetivo de sobrevivir en la liga. Y se entiende que las penurias del trabajo de su vida están espolvoreadas por un puñado de falsa purpurina, mostrando un equilibrio cruel.
Hustle, sin embargo, también da cabida al juego, representado con la fuerza y el físico que hoy domina las canchas. España abrazará una película en la que uno de los suyos, Juancho Hernagómez, da vida al problemático Bo Cruz, estrella frustrada que acaba dedicándose enteramente a su madre y su niña. El trasfondo familiar marca una carrera tardía y su desarrollo profesional, cuyos pasos cortos y repletos de reveses se detallan a tráves del metraje.
El marcado camino que debe seguir Cruz desde las calles de Mallorca hasta la NBA, con situaciones nunca planteadas antes en el cine de temática baloncestísita, le aportan un realismo inusual al guion. No, nos referimos al duro entrenamiento de madrugada mientras escala cuestas de las calles de Filadelfia en una referencia incluso exagerada a Rocky Balboa, sino a la específica planificación deportiva para el Draft Combine. Una prueba tan relevante y habitualmente olvidada incluso por los propios aficionados a la NBA, en la que entran en juego la preparación y también el control emocional en un momento en el que se decide el futuro de las promesas.
Todo, por supuesto, puede abordarse desde un prisma positivo. La confianza, el amor familiar, el esfuerzo e incluso la tecnología toman parte. En una era en la que la forma de comunicar ha cambiado, la relevancia y buen uso de las redes sociales, habitualmente ligadas a una práctica negativa e incluso autodestructiva, dan forma a una visión también real.
A ello debemos sumarle innumerables cameos de jugadores españoles, estrellas de la NBA hoy -la participación de Anthony Edwards, en un papel antagónico y carismático al mismo tiempo, merece mención propia- y leyendas de siempre que convierten a Hustle en la película más representativa del baloncesto profesional.
Dos historias de baloncesto, paralelas y entrelazadas, de éxito y de derrota, de despachos y pabellones, que buscan colocar a Hustle en ese grupo de películas que se le vengan a la cabeza cuando le pregunten: “¿Cuál es tu película de baloncesto favorita?”
FICHA TÉCNICA
- Director: Jeremiah Zagar
- Guionistas: Taylor Materne y Will Fetters
- Productores: Adam Sandler, Allen Covert, Joe Roth, Jeffrey Kirschenbaum, Zack Roth, LeBron James y Maverick Carter
- Reparto: Adam Sandler, Queen Latifah, Juancho Hernangómez, Ben Foster, Kenny Smith, Anthony Edwards, Jordan Hull, María Botto, Ainhoa Pillet, Raúl Castillo, Jaleel White, Heidi Gardner y Robert Duvall
- Estreno: 8 de junio en Netflix (3 de junio en cines)