Por Alex Madrid / amadrid@eurohoops.net
Ni los más viejos del lugar recordaban algo así. Un joven rubio de mejillas rojizas llamado Luka Doncic realizó una histórica actuación que quedará para siempre en los libros de historia del EuroBasket. Sólo Eddy Terrace, allá por 1957, puede presumir de haber anotado más en un partido del campeonato europeo de selecciones.
Meter 47 puntos en baloncesto FIBA -y ante todo una subcampeona olímpica como Francia– sólo podía estar alcance de un chico que está llamado a cambiar para siempre este deporte en nuestro continente.
A ritmo de los cánticos de “¡MVP! ¡MVP!” en Colonia, Doncic consiguió que todos comenzáramos a buscar los récords anotadores de la competición desde muy pronto. Sólo habían transcurrido 12 minutos de juego y su hoja estadística ya tenía anotados 22 puntos. Continuó convirtiendo canastas de todo tipo: tras ‘step back’, tras reverso, penetrando, al poste… o incluso repletas de talento y una pizca de fortuna.
Era su día y ni siquiera uno de los mejores intimidadores del mundo, como Rudy Gobert, iba a poder poner fin a la sangría de puntos de Doncic. Al final, esa cifra mágica de 47 puntos con la que superaba a Nikos Galis y una carta estadísitica que asombra: 9 de 12 en tiros de dos, 6 de 12 en triples, 11 de 12 desde la línea de personal, 7 rebotes, 5 asistencias y 47 de valoración con apenas un minutos y 12 segundos de descanso.
Ah, por cierto. A todo esto, Eslovenia ganó por 82-88, logrando terminar la primera fase como líder del Grupo de la Muerte.