Por Javier Molero/ info@eurohoops.net
Victoria de mérito de un sensacional Joventut que visitaba Gran Canaria con la esperanza de dar la vuelta a la situación de la BKT Eurocup. Triunfo (77-83) de los de Dani Miret, que firmaron una buena segunda parte con Sam Dekker y Kassius Robertson apareciendo en los momentos importantes. Ya están 6-9, y quieren que la historia en la segunda vuelta sea diferente.
La Penya buscaba a Pustovyi por dentro continuamente aprovechando la sangría interior de Gran Canaria. Mike Tobey animaba a los suyos, continuando con la buena dinámica de las últimas semanas. Dos conjuntos alegres en la pista (11-11), sin dudas en estático y con sus anotadores lanzados.
Albicy y Dotson ponían la salsa, pero ninguno lograba encontrar tiros liberados. George Conditt resolvía el entramado defensivo de Dani Miret, y las sensaciones eran de dos candidatos a la BKT Eurocup. Los de Lakovic cogían una ligera ventaja (23-15) en los primeros diez minutos.
Los de Badalona despertaron y sacaron su cara más visible. Con Robertson enchufado, volvieron a conectarse y responder a los insulares, que sumaban fallo tras fallo. Minutos de imprecisiones, de malos porcentajes y un Dekker que no entraba en el partido. Tomic ponía por delante a los suyos (30-31), y la balanza parecía desequilibrarse.
Brussino levantó a la grada canaria en un momento clave para no irse del encuentro. Shurna se sumó al descontrol defensivo de los catalanes y el duelo se iba 37-37 a vestuarios, con todo igualado.
Sam Dekker, imparable
Hanga apretó en defensa y aportó en ataque tirando de experiencia para contrarrestar la influencia de un inconmensurable Pelos para los canarios (45-50). Calentó la muñeca Dekker, y eso es difícil de igualar en toda la Eurocup. El americano, que renovó recientemente hasta final de temporada, se salió en un tercer cuarto de ensueño para los de Miret.
Gran Canaria estaba en la lona y no sabía de dónde venían los golpes. Minutos impropios de los de Lakovic, que no encontraban soluciones y se iban al último cuarto 50-62, con mucho por remar y pocas ilusiones.
El intercambio de canastas favorecía a un Joventut que estaba cómodo concediendo y atacando en pocos segundos. Y si Gates entraba ya en escena, peor. Los intentos de remontada de Salvó se veían reducidos al instante. Los continuos fallos desde el triple lastraban a un Dreamland errático.
Se acercaron en los instantes finales, pero ya era tarde. Los de Badalona controlaron el tempo en la segunda mitad y se llevan un triunfo en Gran Canaria (77-83) que sabe a algo más que a victoria. Sam Dekker y Kassius Robertson (13 puntos), los líderes para poner tierra de por medio. Los de Dani Miret mandan un aviso a la Eurocup, que nadie les saque de la ecuación. 6-9 y con la dinámica perfecta para revertir la situación.