Por Aris Barkas / barkas@eurohoops.net
El Panathinaikos expresó públicamente su intención de abandonar la Euroliga renunciando a su licencia y a las acciones de la Euroliga en IMG.
Si bien en el reglamento de la Euroliga hay una cláusula que se puede usar para renunciar a la licencia, los contratos de 10 años firmados por los 11 clubes que poseen licencias a largo plazo con la Euroliga les atan a la competición. Si el Panathinaikos quiere dejar la competición, entonces la cláusula que el club griego tiene que pagar para cancelar el contrato sigue siendo de 10 millones de euros.
Dejar la competición no es sencillo. Si el Panathinaikos va a juicio y declara que esta cláusula es abusiva, el veredicto final no se emitirá de la noche a la mañana. Las cosas pueden complicarse aún más si la Euroliga también va a los tribunales y solicita una indemnización por daños, algo que el club griego tiene intención de hacer. Dependiendo del veredicto, el precio final por la marcha del Panathinaikos puede incluso superar los 10 millones.
No hace falta decir que esa grieta es un problema para todos los involucrados y probablemente una situación en la que ambas partes salen perdiendo, ya que los ingresos de Panathinaikos, que están directamente conectados a la Euroliga, se estiman en cerca de los cinco millones de euros.
Y si bien puede debatir el hecho de que esos ingresos deberían ser más altos, la verdad es que ninguna otra liga de baloncesto en Europa puede proporcionar esos ingresos a ningún club.
Añadir un detalle más interesante: si el Panathinaikos insiste en abandonar la Euroliga sin pagar la cláusula y quiere vender la licencia y las acciones, el club griego también necesitará la aprobación del resto de los clubes para que se realice un acuerdo. Y es poco probable que el resto de los clubes simplemente dejen al Panathinaikos marcharse y pagar menos que la cláusula firmada.