Por Alex Molina / info@eurohoops.net
El FC Barcelona se ha llevado un trabajadísimo triunfo de la Fonteta tras superar al Valencia por 66-71, un partido en el que sobresalieron los nombres de Rolands Smits y Nick Calathes y que se rompió en el tercer cuarto con el 9-21 azulgrana.
Empezó muy igualado el partido, con ambos equipos anotando muchos puntos en los primeros compases de juego, un ritmo que se pausó con la entrada de Calathes en el partido, que en todo momento parecía tener el control absoluto del partido. A parte del internacional por Grecia, en el primer cuarto también entró Kuric, que debutó de esta forma con el equipo esta temporada y el joven Sergi Martínez, debutando en Euroliga. El debut del jugador de 21 años es una clara muestra de la filosofía Jasikevicius: da igual tu rol, edad, jerarquía, peso o altura, van a jugar los que mejor estén. Es obvio que la baja de un jugador como Mirotic modifica cualquier plan de partido, pero lejos de ir a lo fácil, el técnico lituano no tiene miedo a improvisar y probar cosas nuevas: de salir con un quinteto por encima de los dos metros de media a jugar sin pívots en largos periodos de juego.
Tras el paso por vestuarios, el partido se rompió en el tercer cuarto gracias al 9-21 a favor de los azulgranas, que al ritmo que marcaba Calathes (14 puntos y 5 asistencias) y Smits (15 puntos sin fallo y 7 rebotes) parecían tener el partido visto para sentencia.
Con canasta de Oriola a pase de Abrines, llegaba el fin del tercer cuarto. En la siguiente canasta, roles invertidos: triple del mallorquín a pase del de Tárrega, que en la siguiente acción anotaba de dos para poner el +15 azulgrana, máxima diferencia para el Barça en todo el partido.
Tras ese momento, el Barcelona se limitó a controlar el partido, la especialidad de un base de la calidad, oficio e inteligencia de Calathes. A falta de 1:51 para el fin del partido, los arbitros señalaron antideportiva de Hermannsson, que le hizo falta a Higgins antes de que el balón estuviera en juego, acción seguida por una técnica a Ponsarnau que veía como el partido se le escapaba. Pero la acción más polémica llegó faltando menos de un minuto: Abrines cometió una clara falta a Prepelic que no pitaron los árbitros, que fueron a ver el instant review para saber quién era el último en tocar balón, y ante la imposibilidad de rearbitrar viendo las imágenes, no tuvieron más remedio que dar el balón al Barça.
En ese momento el partido quedó sentenciado, y tras las múltiples visitas del Barcelona a la línea de tiros libres y los intentos a la desesperada de los locales por remontar el partido, el encuentro finalizó con 66-71.