Alex Madrid / info@eurohoops.net
El Real Madrid necesitó de un magnífico último cuarto para sumar su séptima victoria en la Euroliga (91-84). Pero, sobre todo, necesitó del Sergio Llull más asesino.
No podemos decir que no avisamos. El ASVEL llegaba al WiZink Center en un gran estado de forma, con ganas de seguir escalando peldaños en la clasificación y, sobre todo, tras firmar dos prodigiosas actuaciones desde el triple.
Los galos habían anotado 45 de sus 60 lanzamientos exteriores ante Barça y Panathinaikos. En el inicio de su partido ante el Real Madrid, tomaron el control gracias a un increíble 9 de 10 de salida. Casi infalibles. Desde el palco de autoridades, a Tony Parker le brillaba la mirada. No sólo veía a sus chicos anotando de todas las maneras imaginables, sino también a su hermano TJ dirigir de manera brillante a un equipo sólido y unido.
De todo el grupo, Guerschon Yabusele y Norris Cole sobresalían con 21 puntos cada uno y seis triples entre los dos.
Por primera vez, desde la marcha de Facundo Campazzo, el Real Madrid necesitaba un líder que se echar al equipo a la espalda. Y, si hay un jugador que se crece en las adversidades, ese es Sergio Llull.
Aunque la versión MVP que aniquilaba defensas en Europa queda lejos, esta temporada está recuperando el instinto asesino. Prueba de ello fue cómo, con tres triples en un margen de 48 segundos, mantuvo a su equipo en el partido cuando la distancia en el marcador era de dobles dígitos.
Llegó a alcanzar los cinco lanzamientos sin fallo, ya entrado el último cuarto. Ese fue el gran momento de su equipo, ya que con un parcial de 30-14 consiguió al fin remontar al ASVEL.
A sus 19 puntos debemos sumarle 4 asistencias, y es que Edy Tavares parece haber encontrado un nuevo socio. El caboverdiano fue protagonista en ataque con otros 19 tantos que, combinados con sus 6 rebotes y 4 tapones, le convirtieron en el hombre más valorado del choque. Fabien Causeur (13 puntos), de nuevo capital tras el descanso, completó la tripleta ofensiva.
Foto: Real Madrid