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El presidente del Bayern de Múnich, Herbert Hainer, y la directiva del equipo se reunieron con Jordi Bertomeu y una delegación de la Euroliga el miércoles para negociar el futuro del club en competición y la posible adjudicación de una licencia A.
“Soy muy optimista con la posibilidad de que el Bayern de Múnich se convierta en co-accionista además de los once clubes (y accionistas actuales) hasta ahora“, dijo Bertomeu. “Todo lo que [el ex presidente del Bayern] Uli Hoeness había dicho en nuestra primera reunión en Múnich quedó guardado. Y para nosotros es muy importante que un asociado tenga una visión clara. El Bayern tiene una estructura muy buena y comprende cómo deben ser las operaciones económicas. No es solo una marca increíble, sino que también tiene una consistencia que es necesaria a nivel profesional“.
Hainer ve la posibilidad de una licencia A como un reconocimiento de lo que el departamento de baloncesto del Bayern había logrado durante la última década. “Estamos esperanzados y somos optimistas. Sin embargo, algunas preguntas y detalles deben aclararse. En las próximas semanas, queremos hablar de estas preguntas abiertas para saber exactamente lo que cada socio puede esperar el uno del otro“.
“La Euroliga es la segunda liga más grande del mundo después de la NBA“, agregó Hainer. “Jugar en ella es un honor y un placer“.
En la rueda prensa posterior a la reunión, se le preguntó a Bertomeu sobre los conflictivos calendarios de la Euroliga y la FIBA respecto a las ventanas de selecciones.
“Antes que nada, me gustaría decir que no tenemos ningún conflicto con FIBA“, respondió Bertomeu. “Acaban de empezar un proyecto, las ventanas de selecciones, que es incompatible con nuestro calendario, pero también con el calendario de la NBA. Llevamos años jugando con nuestro sistema en la Euroliga. […] Desafortunadamente, solo hay 52 semanas en un año y tenemos que conciliar las ligas nacionales, la Euroliga y los tiempos de recuperación de los jugadores. Espero que en el futuro volvamos a encontrar una fórmula de cómo encajar todo. Pero eso está en manos de FIBA. Si el sistema es beneficioso para las selecciones probablemente se quedarán con él. Mi punto de vista es: siempre quiero a los mejores jugadores en la cancha, no importa qué partido, no importa qué competición. No puedo estar a favor de un sistema donde eso no existe. Pero si todo va bien y FIBA es feliz, está bien“.