Oded Kattash, el elegido para recuperar el respeto del Panathinaikos

2021-01-17T19:11:12+00:00 2021-01-17T19:11:12+00:00.

Alex Madrid

17/Ene/21 19:11

Eurohoops.net
kattash_panathinaikos

Un Panathinaikos con urgencias ha llamado a un viejo conocido para salvar la temporada.

Alex Madrid / amadrid@eurohoops.net

El pasado verano, Fragiskos Alvertis y Dimitris Diamantidis dieron a George Vovoras la resposabilidad para que sacara el mejor partido posible a un equipo en reconstrucción. Todos entendimos que, con la salida de Dimitris Giannakopoulos -o, mejor dicho, con su paso a un lado-, el Panathinaikos perdería potencial y, por tanto, caerían sus aspiraciones.

Sin embargo, la exigencia al técnico, novato en la Euroliga, fue alta pese a la evidente falta de talento en el ‘roster’. Vovoras, depositando su suerte en las manos de Nemanja Nedovic y en el bloque griego, acabó siendo el segundo entrenador destituido de la competición con un récord de 5-11. El Panathinaikos sentía que necesitaba que cambiar algo y tomó quizás la decisión más sencilla.

El siguiente paso parecía más complicado. Sin aspiraciones claras en la Euroliga, era momento de elegir un sustituto para el banquillo capaz de recuperar a los jugadores, pero cuya principal aspiración debía ser devolver el espíritu campeón. Al menos, eso es lo que Diamantidis dio a entender con su salida del OAKA en la derrota ante el Zenit, ya sin Vovoras en el banquillo. En un momento tan especial como el día del regreso de Xavi Pascual y Manos Papadopoulos al OAKA, no fue capaz de aguantar lo que significaba la nueva era del Panathinaikos.

Oded Kattash se sintió con fuerza para afrontar el reto y fue el elegido para recuperar el respeto de un club que ha perdido su alma de campeón. Un entrenador que ya sabe lo que es ganar con el Panathianikos… aunque lo hiciera como jugador, precisamente como compañero de Alvertis.

En 1999, los griegos entraron en una nueva era con la llegada de Zeljko Obradovic. Kattash llegó de su mano entrenador y juntos lograron el segundo título continental del club esa misma temporada. En la final, disputada en Salónica, el base israelí anotó 17 puntos ante su ex equipo y favorito en el encuentro, el Maccabi Tel Aviv, para hacerse con el triunfo por 73-67.

El momento más recordado para Kattash, sin embargo, no ocurrió en el partido. En el aeropuerto de vuelta a Atenas, aficionados del Maccabi celebraron junto al ahora técnico la victoria, pese a la derrota de su equipo. Hay que recalcar esto. Hablamos del protagonista de la final y del hombre que privó al Maccabi de la oportunidad de ganar su primera Copa de Europa desde 1981. ¿Cuántos harían algo así hoy en día? El nombre de Kattash fue coreado por aficionados macabeos que lo levantaron en alto y le emocionaron hasta llorar.

Kattash también se ganó el respeto y admiración en Jerusalén, donde entrenaba al Hapoel hasta esta misma semana. Su deseo de entrenar al máximo nivel europeo se hizo patente, convenciendo al club isrealí para negociar directamente con ellos su salida y el pago de un bajo ‘buyout’. El Panathinaikos nunca tuvo que hablar con el Hapoel.

Por cierto, ya ha sumado su primera victoria en la liga helena liderando al equipo del trébol, que salvo catástrofe liderará hasta final de la temporada regular. En Europa, sin embargo, necesita que su club sea paciente. Apenas sin tiempo para dirigir un par de sesiones de entrenamiento, se sentó en el banquillo frente al Fenerbahce y recibió un correctivo muy duro (-26).

Donde ha ido, como jugador en su corta carrera o como entrenador, Kattash siempre se ha ganado la admiración de los que le rodeaban. Un magnífico técnico que llega a Atenas en un momento quizás no adecuado, a un equipo con urgencias y en el que sólo triunfará si se le deja trabajar. Repito, el Panathinaikos debe tener paciencia para que su nuevo entrenador tenga tiempo de devolver el respeto perdido y no gastar una bala para su banquillo antes de lo previsto.

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