Por Alex Molina / info@eurohoops.net
El Real Madrid ha empezado de la peor forma posible las tres finales que le quedan para entrar a los playoffs de la Euroliga. Durísima derrota por 83-108 ante el Anadolu Efes, que se ha clasificado con la victoria, en un partido marcado por la expulsión de Pablo Laso a pocos segundos de que terminara el tercer cuarto.
El partido empezó con dominio visitante. Krunoslav Simon lo anotaba casi todo por fuera y Sanli hacía daño en las continuaciones con algún que otro triple. Un buen Alocén mantenía a los suyos en el partido, pero el gran protagonista del Real Madrid en este encuentro fue otro. Ante los problemas físicos de Tavares, cuyas imágenes al acabar el partido no invitaban al optimismo, Garuba jugó el que probablemente sea su mejor partido con el Real Madrid, por rival, circunstancias y competición: 12 puntos, 6 rebotes, 4 asistencias, 3 tapones y muchísimos intangibles en defensa.
La completísima actuación del joven pívot fue clave para que el Madrid se reenganchara al partido, pero el paso por vestuarios le sentó fatal al Real Madrid. Un 8-23 de salida volvía a complicarlo todo, pero conscientes de la importancia del partido, los de Laso reaccionaron y lograron ponerse a tan solo 5 puntos con el 62-67. El trabajo había sido casi heroico, con Trey Thompkins asumiendo responsabilidad en ataque, pero entonces llegaría la jugada que cambió el partido (y puede que tenga consecuencias en los siguientes).
Instantes antes de que terminara el tercer cuarto, los árbitros señalaron falta de Thompkins en un intento de triple de Larkin, una falta más que discutible con la que Pablo Laso terminó de explotar. El entrenador se fue expulsado mientras gritaba que todo el año había sido así, y motivos tenía: cuando terminó el tercer cuarto, el Efes había lanzado ya 26 tiros libres por tan solo 6 de los blancos. El tercer cuarto empezó mal y terminó casi peor, ya que los turcos se fueron hasta los 35 puntos por tan solo 22 del Real Madrid, que además se encontró huérfano de su entrenador.
Tras una primera mitad en la que estuvo totalmente desaparecido en ataque y terminó con 0 puntos, Larkin seguía a lo suyo ya en el último cuarto, pero el partido estaba decidido. Sin ningún tipo de tensión en el parqué, el Efes se limitó a ampliar su ventaja ante un equipo que desde hacía muchos minutos ya pensaba en el vital, trascendental partido del viernes ante Olympiacos.