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Era el partido que nadie quería jugar, pero también el que nadie quería perder. La posibilidad de irte con un mejor sabor de boca a casa estaba en juego en el primer partido del domingo y fue el Armani Milán quién más méritos hizo ganarlo. Los italianos derrotaron al CSKA por 83-73 y se hicieron con el tercer puesto en su regreso a la Final Four 29 años después.
Pese al descanso de Malcolm Delaney y Gigi Datome, Ettore Messina dispuso de suficiente veteranía para afrontar el duelo por el 3er puesto con garantías. Con Sergio Rodríguez y Vladimir Micov al mando -máximo anotadores de los italianos con 14 puntos cada uno-, junto con la contribución de Michael Roll, Riccardo Moraschini, Shavon Shields y el mítico Kyle Hines. El pívot no sólo se convirtió en el primer norteamericano en alcanzar nueve Final Four consecutivas, sino que además se convirtió en su máximo taponador con sus 3 bloqueos: leyenda viva de la Euroliga.
El Olimpia tuvo el control del marcador desde el segundo cuarto, cuando su gran defensa dejó a los rusos en apenas 11 puntos. Con un buen ritmo anotador y una mayor eficacia en los minutos finales fueron capaces de llevarse un entretenido duelo.
Dimitris Itoudis, más calmado de lo habitual, optó por repartir importancia, hizo crecer a Toko Shengelia (18 puntos, 9 rebotes y 26 de valoración) tras su mal partido en semifinales y volvió a confiar en ataque a Iffe Lundberg (13 puntos). Will Clyburn, sin embargo, cerró la Final Four sin anotar en 16 minutos.
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