Por Alex Madrid / amadrid@eurohoops.net
El primer partido de la temporada, caprichoso el calendario, no sólo enfrentaba al Real Madrid al actual campeón de Europa. El Anadolu Efes también era el último equipo al que se había medido la pasada temporada. Pese a la buena imagen de los playoffs y el liderato en la fase regular de la Liga Endesa, los problemas de lesiones obligaron a Pablo Laso buscar a dejar el entretenimiento de lado, anteponiendo los triunfos al brillo.
Pero el alma del los equipos de Laso volvió a aparecer ante el Efes y la diferencia final su puede antojar incluso corta (82-69). Los blancos firmaron un primer cuarto de época, recordando a aquellos años en los que sistemáticamente apuntabas el nombre del Real Madrid entre los equipos llamados a pelear por el título en la Final Four, aunque fuera mayo.
El brillo -y el acierto- ofensivo se combinó con esa dureza defensiva que ahora caracteriza al Real Madrid y, aunque enfrente se encontraba el campeón de Europa, el único argumento de peso que propusieron para pelear por la victoria fue Shane Larkin (21 puntos, 6 asistencias y 35 de valoración).
Desde el 12-0 inicial, con Thomas Heurtel y Adam Hanga al mando (15 puntos y 8 puntos, respectivamente) se vio que el Madrid jugaba a una marcha más, y así lo demostraba también la pelea en la pintura.
La diferencia en el rebote fue de 42 a 18, abismal e impropia en un partido de tan alto nivel. Filip Petrusev (17 puntos ) mostró su repertorio de movimientos al poste, pero pagó su bisoñez ante dos jugadores más curtidos en la Euroliga como Edy Tavares y Vincent Poirier. El caboverdiano, especialmente, se mostró indulgente y coronó el partido con un doble-doble (13 puntos, 12 rebotes y 2 tapones).
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