Por Alex Madrid / amadrid@eurohoops.net
El Real Madrid comenzó la doble jornada con solidez y, antes del duro teste de Milán, se encargó del ALBA Berlín (87-64). A pesar no poder contar con su entrenador en el lateral, los madridistas jugaron un baloncesto sólido en defensa que seguro dejó satisfecho a Pablo Laso.
El partido, inevitablemente, estuvo marcado por el comunicado del club, apenas un par de horas antes del inicio del partido. Pero, curiosamente, cuanto más numerosas son las bajas, más peso asume Edy Tavares (17 puntos sin fallo, 7 rebotes y 25 de valoración). Frente a los interiores albatros parecía dos tallas más grande de lo habitual. Capturaba rebotes sin saltar, sólo necesitaba sus largos brazos, y todo lo que recibía en la pintura se convertía en dos puntos.
Así, los madridistas comenzaron a crear una renta considerable en el segundo cuarto que les disparaba hasta el 52-35 con el que ambos equipos alcanzaban los vestuarios. Israel González echaba de menos la capacidad generadora de Luke Sikma, ausente por segunda semana consecutiva, por lo que el ataque del campeón alemán tenía más componente de locura que de diversión.
De hecho, sin capacidad para levantar tiros de dos, optó por el triple como solución a sus ofensivas y, tras un pase que acabó en triple de Johannes Thiemann (máximo anotador visitante con 11 tantos), llegaron a colocarse a 11 en el último cuarto. Pero no fueron más allá.
El Madrid había logrado coger una sólida ventaja minutos antes. Con una renta tan amplia, y aprovechando la ausencia de Guerschon Yabusele, Anthony Randolph (13 puntos y 4 rebotes) sintió que era buen día para comenzar a recordar su mejor versión. Partió de inicio y con ganas de ser importante y, aunque no le acompañó el acierto en los primeros minutos de partido (erró sus cuatro primeros lanzamientos), el tercer cuarto le sirvió como reivindicación.
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