Por Alex Madrid / amadrid@eurohoops.net
El equipo de moda en la Euroliga, el UNICS Kazán, visitaba el WiZink Center con el Real Madrid aún resacoso del Clásico. No habían pasado ni 48 horas tras la derrota frente al Barça y los blancos tenían frente a ellos a uno de los equipos más incómodos para desquitarse. Sin embargo, jugaron uno de los mejores partidos de curso y pasaron por encima de los tártaros por 85-68.
El Madrid, que anotó 58 puntos en el partido de Kazán, pasó el rodillo ante un equipo que no recordaba lo que significaba perder de tanto y, jugando un baloncesto ofensivo excelso, dio un golpe de autoridad.
Y todo, tras un inicio que prometía emoción. John Brown (4 robos) amenazaba con sus manos rápidas, Lorenzo Brown (13 puntos y 8 asistencias) estaba siendo indefendible, pero tres triples consecutivos de Sergio Llull (11 puntos) y un parcial de 12-0 cambiaron la película. El Madrid había logrado una renta de siete puntos sin casi merecerlo, pero que le sirvió de impulso para arrasar en los treinta minutos restantes.
El equilibrio y el movimiento de balón dentro-fuera permitió un alto porcentaje en triples (14 de 31). Los pocos rebotes (40-21 para el Madrid) que escupía el aro del UNICS, además, eran segundas oportunidades para los madridistas. Velimir Perasovic no encontraba la fórmula para igualar la superioridad física de los locales, que se imponían en todas las facetas del juego.
Esa superioridad la plasmaba en números e impacto en el juego Edy Tavares (14 puntos, 11 rebotes y 28 de valoración), que aprovechó la falta de centímetros en la pintura del UNICS para dominar a su antojo, mientras Guerschon Yabusele (12 puntos y 5 rebotes) se gustaba con su acierto exterior tras el descanso.
Pese al maquillaje final, tres cuartos fueron más que suficientes para decidir el partido (74-55) para que el Real Madrid siga invicto en casa en la Euroliga y, además, lidere con solidez la clasificación.
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