Por Alex Madrid / amadrid@eurohoops.net
¿Nos han engañado todo este tiempo? Han tenido que llegar los playoffs para que veamos la mejor versión del Real Madrid en lo que va de 2022. Veremos si es definitivo, pero parecía todo medido para ir recobrando sensaciones hasta el momento decisivo de la temporada. Al fin y al cabo, tras tumbar de forma abusiva al Maccabi Tel Aviv (95-66), los blancos son el único equipo con un 2-0 a favor.
Y es que probablemente vimos su mejor versión ofensiva de la temporada este viernes. Corriendo y divirtiéndose, como ha acostumbrado este equipo durante más de una década. Pero también mostrando su poderosa versión atrás que les hizo dominar la competición durante largos meses.
Los primeros 14 minutos -algo menos, de hecho- fueron para acompañarlo con rock and roll. Los 48 puntos que alcanzaba el Madrid en ese momento eran exactamente los que el Maccabi logría al terminar el tercer cuarto (74-48). Porque entonces fue el momento en el que la defensa se puso a funcionar y las opciones visitantes de llegar a Tel Aviv con la eliminatoria igualada desaparecieron.
El equipo necesitaba un partido así, rozando la perfección. Y lo logró desde el dominio de Vincent Poirier (16 puntos y 10 rebotes) de la pintura, que neutralizó el físico interior del Maccabi, hasta el inicio de la temporada de mandarinas. Sergio Llull obsequió a su rival con una colección de las mejores.
Si a ello le sumas los intangibles de Rudy Fernández o la mejora física de Adam Hanga y Alberto Abalde, el resultado es un verdadero equipo, reconocible y dominante. En un equipo con tantos puntos como el Maccabi, ningún jugador fue capaz de alcanzar la decena de puntos.
Lo dicho: fue el partido casi perfecto. De los que sirven para recuperar la confianza de jugadores -mucho ojo a la serie de Nigel Williams-Goss, que esta vez secó a Scottie Wilbekin- y para dejar tocada la moral del rival. Israel será un infierno, pero con un 2-0 lo es menos.
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