Por Alex Molina / info@eurohoops.net
Habemus Clásico. El Barça ha superado al Bayern de Múnich en el quinto y definitivo partido de la serie por 81-72 para convertirse en el tercero de los cuatro clasificados para la Final Four de Belgrado y enfrentarse al Real Madrid en semifinales.
Durante los primeros minutos se ha jugado a lo que Trinchieri ha querido. El Palau le ha dicho adiós a la temporada europea con un partido que ha sido, al menos en la primera mitad, un sueño para el entrenador italiano. Escasa anotación, muchas manos, poco silbato (el Barça no ha lanzado tiros libres en la primera parte), juego táctico y las defensas imponiéndose. El cóctel perfecto para que el Bayern tuviera opciones de ganar y que los de Jasikevicius no tuvieron otra opción que aceptar a regañadientes. Y si encima el Bayern metía canastas inverosímiles al final de la posesión poco había que hacer.
Las sensaciones -y el marcador- favorecían al Bayern hasta que la sociedad que tantas alegrías ha dado esta temporada a la parroquia culé le dieron la vuelta al partido. Mirotic primero y Laprovittola después se combinaron en un tercer cuarto fantástico con el que el Barça le dio totalmente la vuelta al partido. Una vez más, el montenegrino se ha echado el equipo a la espalda (y pensar que hubo en tiempo en que se le recriminaba esto) y ha hecho lo más difícil en este partidos: quitarle el miedo a los aficionados del Palau. Y si gracias a Mirotic los aficionados culé empezaron a respirar tranquilos, fue cortesía del base argentino que llegó la fiesta en las gradas azulgranas, que no dudó en corear el nombre de Álex Abrines, importante también hoy.
Niko y Nico echaron por tierra en un visto y no visto el gran partido de los alemanes, que con unos impresionantes Jaramaz y Hunter han intentado sin éxito ponerle fin a la temporada europea del Barça antes de lo esperado.