Por Alex Madrid / amadrid@eurohoops.net
Suena la bocina final y el equipo ha sido eliminado en semifinales de la Basketball Champions League. Cabizbajos y en silencio, los jugadores del Ludwigsburg pasan por delante de la zona mixta prácticamente en silencio. De hecho, no se oiría absolutamente nada si no fuera por Tremmell Darden, cuya veteranía le lleva a aconsejar y animar a los más jóvenes. Va camino ya de los 41 años, pero para nada los aparenta.
Viste el chándal del equipo alemán, pues una inoportuna lesión le dejó fuera del que podría haber sido su último gran torneo como profesional. Sin embargo, el no haber jugado no le impide pararse con Eurohoops: “Tuve un tirón en en el gemelo hace un par de semanas y se agravó en el partido de los playoffs en Cluj. He estado trabajando para volver, me he perdido partidos de la BBL… Pero los médicos han considerado que lo mejor era que me quedara fuera pensando el futuro. Hay que vivir con ello“, nos cuenta.
A estas alturas de su carrera, fue especialmente duro para Darden no participar en una Final Four en la que su equipo consiguió colgarse el bronce: “No puedo expresar con palabras lo molesto y frustrado que estoy ahora mismo. Puede que sea la última vez que gane un título internacional. Es frustrante perder, aunque tuvimos la oportunidad de ganarles [al BAXI Manresa]. Así que sí, duele mucho porque nunca sabes lo que te espera. Dios siempre tiene un plan y esto era parte de su plan para mi equipo y para mí“.
Aún no ha tomado una decisión sobre su futuro, si alargará su carrera al menos un año más para seguir compitiendo en las principales competiciones europeas:
“No sé [si seguiré jugando]. Esto era como el objetivo número uno para mí individualmente. Una de las principales razones por las que volví a este club en particular es porque sabía que iban a jugar la Basketball Champions League. Era lo único que me quedaba por jugar. Jugué la FIBA Cup, la EuroCup, la Euroliga… ésta era la última. Es emotivo. Al empezar la temporada les dije a mis compañeros que posiblemente fuera mi último año. Se lo dije el primer día que llegué aquí. Así que… no lo sé. Para los equipos, es difícil dar contratos así a un tipo que tiene 40 años y va a cumplir 41. Lo que Dios quiera, será. Ahora mismo pienso al 60% que este es mi último año. Duele, pero todavía hay más baloncesto que jugar esta temporada. Nunca se sabe lo que Dios tiene preparado“.
De repente, esboza una sonrisa:
“Sé una cosa. Me encanta España, siempre me ha encantado España. Así que… ¿cómo sería un retiro en un mundo ideal? Me retiraría con Los Blancos. Jugaría un año más con ellos, si pudiera. Sería un retiro de ensueño para mí“.
Foto: EuroLeague & BCL