Por Alex Molina / info@eurohoops.net
¿Es un fracaso no ganar la Euroliga? Rotundamente no. ¿Está fracasando Jasikevicius al frente del Barça? Un no todavía más rotundo. ¿Se podrían haber ganado muchas más cosas? Indudablemente sí, y eso es lo que duele. El Barça inicia esta tarde ante el Olympiacos su Euroliga 2022-23, la tercera con el lituano en el banquillo y en la que planea sobre el Palau Blaugrana la sensación de que ya va siendo hora de ganarla.
Si algo tiene el aficionado culé es poca paciencia. De nada sirve que el equipo haya vuelto a la Final Four tantísimos años después, de nada sirven las Copas del Rey o el título de liga con Saras al mando. Lo quiere todo, todos los años y sin tener que sufrir, si puede ser. Y si no es así, Jasikevicius dimisión (o Laporta, ya que estamos). Lo cierto es que, al menos estas últimas temporadas, motivos para la exigencia han tenido: las plantillas han sido potentes y profundas, algo que ha permitido al Barça luchar por todo, pero quedar segundo nunca es suficiente
Jasikevicius sabe que el gran deseo culé es la Euroliga. Él ganó la primera y se lo trajo aquí para ganar la tercera. Pese a contar con el respaldo total y absoluto de la directiva y los máximos responsables de la sección, nadie mejor que el lituano sabe que aquí se viene a ganar, sea como sea, y en su tercera temporada al frente del equipo hay una novedad que puede que de sus frutos.
Solamente dos cosas se han repetido en las dos Euroligas con Saras al mando: que el equipo quedó primero de la fase regular y que el equipo no terminó llevándose el título. El equipo fue claramente de más a menos -sin saber qué hubiera pasado contra el Efes con nuestro calvo favorito en la final-, todo lo contrario a lo deseado, pero esto podría cambiar esta temporada. Mirotic está fuera de combate y está entre los más suaves algodones. Su vuelta no se precipitará y se realizará precisamente con este objetivo, llegar al 100% en los momentos cruciales. Misma hoja de ruta para Higgins. El norteamericano se dosificará lo máximo posible para llegar a tope para cuando estén en juego los títulos. Un cambio en el planteamiento que puede que sea lo que necesita el equipo para alcanzar la gloria europea una vez más.