Por Aris Barkas/ barkas@eurohoops.net
Cuando Facundo Campazzo firmó con Estrella Roja, muchos se sorpendieron. Fue un movimiento inesperado, el dinero gastado sorprendió a todos y la Euroliga había impuesto una sanción a Estrella Roja, lo que impidió que el jugador se registrara en la liga más importante de Europa.
Según los funcionarios de Estrella Roja, la prohibición era “solo una formalidad”. Según el Panel de Finanzas de la Euroliga, no lo era y no hay duda de que el castigo, que puede parecer duro, es justificable.
Y luego se desató el infierno. Desde ayer solo hay especulaciones en el aire sobre lo que “realmente” sucedió y por qué tal sanción, que nunca antes se había utilizado, se impuso al Estrella Roja, un club que no tiene una licencia de larga duración y sin derecho a voto como un accionista de la liga.
Por eso esta es una situación muy delicada que generó más problemas de los que en teoría resolvía. Esta es solo una opinión personal, pero ahora mismo el tema no es discutir si el castigo corresponde al delito, o si Estrella Roja o Campazzo son las víctimas. No lo son y el castigo es compatible con las reglas.
El asunto real, que no se ha mencionado hasta ahora, es la integridad de la liga en la cancha con un candidato a entrar en playoffs que no tiene la capacidad de registrar a su jugador estrella durante dos meses después de haber saldado sus deudas, mientras que la liga en su conjunto pierde la oportunidad de beneficiarse de la presencia de un nombre consolidado como Campazzo.
Como dijo el CEO Marshall Glikman: “Esto es decepcionante para nosotros, ya que siempre queremos a los mejores jugadores en la cancha”.
Entonces, los clubes/accionistas y el mismo Glikman, quien como director ejecutivo tiene el derecho de suspender la decisión del panel financiero en base al Artículo 20 F de las Regulaciones Disciplinarias de la Euroliga, algo que Estrella Roja ya pidió, realmente deberían pensar en lo que los beneficiará a ellos primero y principalmente a largo plazo.
Sí, una “amnistía” a Zvezda puede abrir la caja de pandora para el futuro y todos los clubes con problemas financieros pedirán un trato preferencial basado en este precedente. Por otro lado, en un esfuerzo por mantener las reglas, se creó la primera gran crisis pública en la era posterior a Bertomeu y si la Euroliga quiere fortalecerse con ella, debe tomar una decisión audaz.