Por Aris Barkas / barkas@eurohoops.net
La dirección de la Euroliga y los clubes accionistas tienen previsto reunirse el 18 de abril. Se espera que las conversaciones que se mantengan entonces allanen el camino del futuro de la liga y, por extensión, para todo el ecosistema del baloncesto europeo.
Aunque no queda tiempo para una expansión de la competición que podría haberse implementado para la temporada 2023-24, el momento es el adecuado y la necesidad era obvia desde el comienzo de esta temporada.
Dubái y los rumores de 150 millones de euros extra en ingresos han acaparado la atención, pero las negociaciones para la expansión también incluyen a París y Londres. Sus equipos están realizando una temporada en la EuroCup digna de mención -incluso podrían tener antes su oportunidad en la Euroliga si ganan el trofeo- y, dado que la organización tiene el mejor punto de apoyo posible en Alemania con el ALBA de Berlín y el Bayern de Múnich, Paris Basketball y London Lions son las próximas grandes apuestas.
En estos dos casos, al contrario que en el de Dubái, el asunto está mucho más relacionado con el marketing, teniendo en cuenta el enorme potencial de estos dos mercados. La Euroliga ya está preparando un evento en la capital francesa, directivos y activos estadounidenses están implicados en ambos clubes y la cuestión es qué pueden aportar directamente, no sólo como plan de marketing, sino como contribución sólida aquí y ahora a la liga.
Sin embargo, hay más.
Los mercados “tradicionales”
La expansión se considera buena, pero la Euroliga no puede pasar por alto los mercados donde ya se valora el baloncesto. Llamémoslos mercados “tradicionales”, ya que, al contrario que en París, Londres o Dubái, donde todo empieza prácticamente de cero, no es necesario explicar la tradición del baloncesto a España, Italia o Serbia.
Con 13 equipos con licencia A hasta ahora (Real Madrid, Barça, Baskonia, Olimpia Milán, Olympiacos, Panathinaikos, Anadolu Efes, Fenerbahce, Zalgiris Kaunas, Maccabi Tel Aviv, ASVEL, ALBA Berlín, Bayern Múnich), además del CSKA Moscú que posee una, pero no puede jugar debido a la guerra en Ucrania), es obvio que tener sólo cuatro plazas libres para asignar es problemático.
El AS Mónaco y la Virtus de Bolonia se consideran los siguientes en la lista para obtener una licencia a largo plazo, por lo que el número asciende a 16, convirtiendo la expansión es una necesidad si la Euroliga quiere seguir asignando una plaza al campeón de la Liga Adriática y a los dos finalistas de la EuroCup.
Sin embargo, si algo quedó demostrado sin lugar a dudas esta temporada, fue la dinámica del dúo Estrella Roja – Partizan. Como en todas las buenas rivalidades, aunque los clubes son “enemigos”, prácticamente necesitan coexistir para magnificar su impacto a todos los niveles dentro y fuera de la cancha.
Es obvio que a la Euroliga le encantaría mantener a todos esos equipos en su redil, además del Valencia Basket, que podría regresar una temporada a la EuroCup, pero que también está llamando a la puerta con un nuevo pavellón de última generación en preparación y los recursos económicos para ser una verdadera potencia.
Así que ya tenemos 19 equipos -si contamos también al CSKA de Moscú- que son equipos de Euroliga. Si añadimos Londres, París y quizá Dubái, llegamos a 22. Y si en algún momento regresa el CSKA, es muy probable que también lo haga el Zenit de San Petersburgo. Además, hay que contar con dos plazas para la EuroCup, algo que no va a cambiar. Por eso, de repente, una Euroliga de 24 equipos no está tan lejos. Al contrario, podría acabar siendo necesaria.
Las negociaciones con FIBA
La semana pasada, un amplio comité de la directiva de la Euroliga y representantes de los clubes se reunieron en Múnich con la FIBA. Las conversaciones fueron positivas y el comunicado oficial de la Euroliga ofrece una imagen similar.
“En la reunión se trató una amplia gama de temas con el objetivo de identificar intereses comunes y posibilidades de colaboración. Es demasiado pronto para compartir detalles concretos, pero el tono fue constructivo y las conversaciones continuarán“.
La buena noticia es que, con la nueva dirección de ambas partes, se ha abordado el evidente problema y todo el mundo entiende que debe haber algún tipo de colaboración. Como siempre, el problema está en los detalles. El tono fue positivo, pero la FIBA no tiene intención de cambiar su postura respecto a las ventanas o, al menos, eso va a seguir siendo así por el momento.
Por otra parte, la idea de que la Euroliga ceda la EuroCup y ahorrarse los gastos que la FIBA cubrirá tras una posible fusión con la BCL no encaja realmente con el planteamiento de la Euroliga al respecto.
Así que prácticamente sigue habiendo un punto muerto. La FIBA tampoco estaba muy contenta con la idea de la expansión de Dubái, ya que se extiende fuera de la zona continental de FIBA Europa. Por supuesto, no hay forma de que la FIBA detenga el acuerdo si la Euroliga quiere realizaron, pero es algo digno de mención.
Finalmente, algo de optimismo
Llegados a este punto, la conclusión es simple. Todo el mundo comprende la necesidad de enterrar el hacha de guerra con la FIBA y encontrar una solución sostenible para las ventanas. Además, en este momento la Euroliga está más que preparada y tiene una necesidad orgánica de crecimiento y, tras dos años de agitación interna, parece que hay cierto optimismo entre todos los accionistas y también algunos primeros indicios de un consenso sólido.
Así que es inevitable que se produzca algún tipo de expansión. La ‘joint venture’ con IMG expira en el verano de 2026 y, aunque haya una opción de renovación por otra década, podría haber incluso una pizarra en blanco en la que algunas cosas pueden cambiar drásticamente.
Por eso, aunque se examinen ideas como dos conferencias en Europa, un cambio en el calendario y el formato, o que la presencia de los equipos de la Euroliga en el campeonato nacional se limite sólo a los playoffs, es un debate que se examinará cuando haya necesidad de ello.
En este momento, la gran cuestión es la intención general y la idea de la expansión, que llegará como muy pronto en el verano de 2025.
Así que no espere cambios en el formato y el calendario para la temporada 2024-25, donde la composición de los equipos podría terminar siendo casi idéntica. Siendo concretos, con el Mónaco prácticamente asegurado un puesto en los playoffs y obteniendo así el derecho a permanecer en la competición tras clasificarse a través de la EuroCup -si ni Virtus Bolonia ni Valencia Basket llegan a los playoffs- sólo el ganador de la EuroCup tendrá una oportunidad en la Euroliga y se otorgarán tres ‘wildcards’.
Una vez más, Virtus, Partizan y Estrella Roja son los favoritos, teniendo en cuenta también que una de las invitaciones será para el campeón de la Liga ABA y que el Valencia Basket tendría que pasar un año en la EuroCup antes de regresar triunfante con un nuevo pabellón en 2024.
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