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Los resultados de la Euroliga están llevando a la máxima competición continental a una de las ediciones más igualadas de los últimos años, así como una de las más emocionantes y potencialmente dramáticas, con enormes chascos y decepciones, la posibilidad de que lleguen algunos más, y también con revelaciones y grandes sorpresas.
En el capítulo de decepciones destaja un EA7 Emporio Armani Milan que se apuntó tarde a la temporada. Por explicarlo con una analogía, cuando llegó a la fiesta, se había acabado la bebida, la comida y no quedaba nadie disponible para ligar.
Los milaneses, un proyecto de alto presupuesto, con Ettore Messina al mando y jugadores cmo Melli, Brandon Davies o Shavon Shields, cuajaron una primera fase de la temporada horrorosa y ello fue un lastre demasiado pesado. Eso sí, llegó a soñar con la heroicidad encadenando seis triunfos desde finales de enero hasta que perdió en Madrid.
Anadolu Efes puede ser un batacazo incluso más sonado que los italianos si llega a consumarse, aunque aún tiene margen para colarse entre los ocho primeros e intentar un tercer título seguido tras una temporada regular bastante espantosa, como ya hiciera la temporada pasada. Con Micic, Larkin y Clyburn liderando una de las plantillas más impresionantes que se recuerdan no sorprendería que entraran entre los ocho primeros, aunque sí que sorprende que estén en esta situación.
En cuanto a sorpresas positivas, el Partizan debe tener un puesto de honor, con un puesto en la postemporada agarrado con una mano después de su extraordinario triunfo en Estambul ante Efes, pero aún con poco margen de error. Lo igualado de la competición podría llevarlo a perder posiciones fácilmente… aunque también a ganarlas, ya que su ya que está a una victoria de Fenerbahçe.
También el Mónaco debe considerarse una de las grandes revelaciones de la temporada. En plena lucha por asegurar el factor pista en los playoffs, el cuadro monegasco anda enfrascado en problemas extradeportivos, que llegan por un habitual en estas lides, que es también líder del equipo, el mágico Mike James. La capacidad del equipo sin el base ex NBA es una incógnita, aunque sin duda la plantilla es mucho más sólida que en temporadas anteriores.
Aunque por arriba, lo más destacado, aunque quizá no una sorpresa como tal, ya que estuvo en la pasada Final Four, es el primer puesto de un Olympiacos que ha sido un equipo altamente solvente que ha vencido en Barcelona y en Madrid en esta fase regular y que camina con firmeza a acabar la fase regular líder, con total merecimiento. El crecimiento de Vezenkov ha guiado a un equipo magistralmente entrenado por Bartzokas, que está liderando un proyecto mayúsculo que ofrece, además, un gran dominio sobre Panathinaikos en la escena nacional griega.
El segundo y tercer puesto lo ocupan los gigantes españoles, Real Madrid y Barcelona, que compiten por aferrarse también al factor pista y por lograr la mejor posición posible. Ninguno de los dos despierta las mejores sensaciones, y quizá este año sean menos favoritos que nunca al éxito final. Pero cuesta imaginar una Final Four sin ellos. El Real Madrid, sin Laso y con Chus Mateo, mantiene sus señas de identidad, pero no siempre la chispa, y ha cuajado encuentros para olvidar.
El Barcelona, por su parte, parece el equipo menos sólido desde la llegada de Sarunas Jasikevicius al equipo, que tuvo que superar la prolongada baja de Nikola Mirotic a comienzos de año. Que el hispanomontenegrino siga creciendo es uno de los factores que puede hacer mejorar a un equipo con un potencial brutal, pero que está teniendo problemas en el tiro exterior con la poca participación de Kyle Kuric en las últimas semanas.
Cuesta prever quién completará los ocho clasificados para la eliminatoria de cuartos. Efes y Partizan aún están involucrados en esa lucha, pero Maccabi, Valencia, Baskonia y Zalgiris también.