Por John Rammas / irammas@eurohoops.net
La verdad es que no sabíamos qué esperar de toda la experiencia. No porque todo periodista que se precie tenga que poner en duda todo, sino por el hecho de que la mayoría de los que trabajamos en Eurohoops somos de la Generación X y Millennials.
Nos encanta la tecnología y los avances, pero no todos vivimos en Matrix. Y sin embargo, era tan sencillo.
Entramos en la plataforma de nuestra elección (web, Android, iOS, Oculus), nos ponemos las gafas de realidad virtual, nos conectamos, tecleamos nuestro código de acceso y “entramos” en el pabellón.
Entonces, ¿fue realmente como estar en la cancha? ¡Virtualmente!
Nuestra primera opción fue sentarnos a pie de pista para vivir lo más de cerca posible el triple ganador de Kevin Punter en la victoria del Partizan por 89-87 en Madrid.
Justo antes de que el tiro entrara en el aro, cambiamos inmediatamente a una de las ocho opciones restantes de Realidad Cinematográfica VR de EuroLeague TV y nos colocamos justo detrás de la canasta para ver cómo entraba el balón. Desde el fondo, se veía cómo Zeljko Obradovic celebraba con sus dos puños cerrados. Y detrás de él, los aficionados del Partizan festejaban en el WiZink Center. Podíamos oírlos como si estuvieran a nuestro lado.
Los decibelios se dispararon cuando volvimos a ponernos las gafas de RV para entrar en el pabellón de la Paz y Amistad para el estreno de la serie entre Olympiakos y Fenerbahce.
Se agotaron las entradas y, si hubiéramos tenido tiempo, podríamos haber contado una a una las 11.677 personas que vieron de cerca cómo el Olympiacos se hacía con la victoria por 79-68, ya que la Realidad Cinematográfica de 360° nos permitía ver todo el pabellón. Vale, pues fueron 11.677+1, ¡el espectador de RV que estuvo aún más cerca!
Pero no nos detuvimos ahí. Y cuando decimos “ahí” no nos referimos sólo a los asientos de primera fila del SEF.
Un día de experiencia en Realidad Virtual nos bastó para manejar con soltura los mandos de RV y cambiar la Realidad Cinematográfica en función de lo que ocurría en la pista, consiguiendo una experiencia única que no es sólo el futuro, sino que está disponible ya.
Todo ello desde el sofá de nuestra casa. Err… perdón, desde el sofá de nuestras oficinas.