Por Alex Madrid / amadrid@eurohoops.net
El partido lo tenía ganado el Partizan, pero no acabó, sino que fue suspendido a 100 segundos del final. Con 80-95 en el marcador, una falta de Sergio Llull a Kevin Punter desató una lamentable tangana en la que se intercambiaron puñetazos, llaves de lucha libre y un espectáculo no visto en Euroliga.
Los tres árbitros, Sreten Radovic, Olegs Latisevs y Fernando Rocha, tras diez minutos revisando la pelea, tomaron la decisión de mandar a los equipos a los vestuarios sin haber acabado el partido.
En cuanto al juego…
El triple ganador de Kevin Punter en el primer partido significó mucho más que un partido ganado. Dejó muy tocada la moral del Real Madrid, que vio cómo el Partizan no daba por cumplido su trabajo en el WiZink Center. Chus Mateo, consciente de la importancia del duelo, quizás incluso forzó la participación de Vincent Poirier, que realizó titánico esfuerzo cubriendo la ausencia de Edy Tavares. Pero los serbios fueron infinitamente superiores en la primera mitad ante un Real Madrid que, sin pizarra, acumulaba pérdidas en ataque.
Tras recibir 51 puntos en 20 minutos y viéndose 14 puntos abajo en el marcador, la garra de Rudy Fernández y la entrada de Sergio Rodríguez permitió a los madridistas verse con opciones de levantar el partido. Pero todo el camino recorrido se vio lastrado por la infinidad de tiros libres que lanzaban los visitantes. Faltas más o menos dudosas que dejaron en nada el esfuerzo de remontada. A partir de entonces, exhibición ofensiva del Partizan que dejó el partido decidido antes de que se acabara antes de tiempo por un final que recordaremos durante décadas.
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