Por Aris Barkas/ barkas@eurohoops.net
Nunca es fácil ser un oponente en Kaunas. Un pabellón totalmente verde con entradas agotadas está listo para intimidar a cualquier rival, pero para cada regla siempre hay una excepción. Y en este caso, la excepción se llama Sarunas Jasikevicius.
Como no podía ser de otra forma, el público del Zalgirio Arena animará al equipo local y lo apoyará hasta el último momento. Sin embargo, si el Zalgiris se queda fuera de ‘su’ Final Four, ya que se jugará en Kaunas en unas pocas semanas, Saras probablemente sería el único oponente al que perdonarían por dejarlos fuera.
Sí, Sarunas Jasikevicius es el entrenador del FC Barcelona, pero también nació y se crió en Kaunas y mantiene un vínculo especial con la ciudad y la afición lituana a pesar de que jugó para el club solo en la última temporada de su legendaria carrera, que incluyó cuatro títulos de Euroliga, dos con el Maccabi Tel Aviv, uno con el FC Barcelona y uno con el Panathinaikos.
Con Zalgiris como jugador, solo ganó el título de campeón local en 2014, pero eso fue solo el comienzo de lo que vendría.
Un pequeño milagro
Como uno de los mejores bases de la historia del baloncesto europeo, era natural que Saras diera el salto a los banquillos y lo hizo en el del Zalgiris, primero como asistente entre 2014 y 2016 y luego como primer entrenador.
Para ser exactos, inicialmente reemplazó a Gintaras Krapikas como entrenador en jefe interino, y luego, el 13 de enero de 2016, se convirtió oficialmente en el nuevo entrenador en jefe del club.
Si bien el fichaje era esperado desde el día en que decidió incorporarse al cuerpo técnico del Zalgiris, y todo el mundo estaba interesado en esta contratación, nadie esperaba que ascendiera tan rápido hasta convertirse en uno de los mejores entrenadores de la Euroliga desde el banquillo de un equipo de modestos recursos.
Sin embargo, el propio Saras siempre se fijó metas altas y estaba obsesionado con lograrlas. Su primera victoria en la Euroliga llegó el 22 de enero de 2016, por 20 puntos, 75-55, ante el Olympiacos Piraeus, que había sido finalista la temporada anterior.
Pocos esperaban eso, excepto quizás su ex entrenador Zeljko Obradovic. El entrenador con más victorias en la historia de la Euroliga tiene una lista de entrenadores con su sello admirable, que incluye al dos veces ganador de la Euroliga Dimitris Itoudis, entre otros.
Obradovic entrenó a Jasikevicius en el Panathinaikos y, después de un comienzo accidentado, llegaron a conocerse y apreciarse realmente. Si Partizan y Barcelona llegan a la Final Four, maestro y profesor se verán las caras en la semifinal, pero esa será otra historia.
La cuestión es que lo que Obradovic vio en Saras -un jugador destinado a convertirse en entrenador- fue evidente para todos durante la temporada 2017-18. A pesar de tener un presupuesto bajo, Zalgiris terminó sexto en la temporada regular y llegó a la Final Four de 2018 al vencer 3-1 al Olympiacos en cuartos de final. Perdieron ante el Fenerbahce de Obradovic en la semifinal, pero el simple hecho de llegar a la Final Four fue aclamado como un gran logro.
Sarunas Jasikevicius siempre amó al Barça, así que cuando su antiguo equipo llamó a la puerta, se unió a ellos en el verano de 2020. Esta decisión llegó con el listón muy alto: llegar con el Zalgiris llegó a la Final Four fue histórico, pero se esperaba que el Barça estuviera allí y ganara el título.
Con Saras, el Barça siempre está ahí, pero hasta ahora no ha ganado el trofeo, un objetivo que no consigue el club desde 2010.
Después de no lograrlo en el partido por el campeonato en Colonia y caer en las semifinales de la temporada pasada en Belgrado, es casi una coincidencia kármica que Sarunas Jasikevicius tenga la oportunidad de ganarlo todo en Kaunas. Para ser exactos, necesita tres victorias más en el Zalgirio Arena para hacerlo realidad.
Y aunque es seguro que los fieles seguidores del Zalgiris cantarán hasta el último segundo por su equipo, si el club local no puede asistir al gran baile, tener a Jasikevicius como representante es la mejor alternativa posible.