Por Alex Molina / info@eurohoops.net
KAUNAS, Lituania – La Final Four es un minitorneo de final de temporada en el que se decide la misma. Todos los jugadores están de acuerdo en que no importan dinámicas, sensaciones ni resultados: no hay favoritos y puede pasar de todo. El equipo que más sólido esté durante los 80 minutos (como mínimo) en los que se decide el campeón de Europa seré el que se suceda al Anadolu Efes.
El Real Madrid llega a Kaunas haciendo historia. Los de Chus Mateo se convirtieron en los primeros en remontar un 2-0 en contra y llegan a Lituania con el ánimo por las nubes a pesar de múltiples bajas y sanciones. Álex Abrines, que afronta su sexta Final Four aún huérfano de título europeo, solamente puede decir cosas buenas del conjunto blanco.
“Ya creía que eran muy peligrosos. Sabemos como juega el Madrid, llegan en un momento por haber levantado la serie con el Partizan y eso dice mucho de ellos, de que nunca se rinden y que pese a todo van a estar ahí luchando”.
La llegada del Barça a Kaunas estuvo marcada por cierta polémica con los grupos de animación, que con más o menos razón, se quejaron del alto precio al que ofrecían sus paquetes el Barça. Tras esfuerzos por parte del club, al final estarán unos 1.200 aficionados culés en las gradas del Zalgirio Arena, algo muy importante para el balear, uno de los favoritos del Palau. “Es muy importante, jugamos para ellos. Que hayan hecho un esfuerzo económico grandísimo, tanto ellos como el club, nos pone un poco más de motivación por devolverles este esfuerzo. Que sepan que vamos a salir desde el minuto uno a por ellos”.