No hay dos sin tres

Por Alex Molinainfo@eurohoops.net

Barça y Real Madrid se han visto las caras por tercera vez en lo que va de temporada y el resultado ha sido el mismo de siempre: victoria blanca. Sucedió en la Supercopa, sucedió en la Liga Endesa y también ha sucedido hoy en la Euroliga, ya que los blancos se han impuesto a los azulgrana por 65-64 para quedarse como líderes en solitario de la competición y prolongar la racha de imbatibilidad hasta los 13 partidos. 

El inicio de partido estuvo marcado por las bajas de última hora. Nico Laprovittola por parte azulgrana y Guerschon Yabusele por parte blanca cayeron lesionados a pocas horas de iniciar el tercer Clásico de la temporada, cuyo inicio dominó claramente uno de los dos equipos. A pesar de tener problemas para parar la conexión entre Tavares (8 puntos y 5 rebotes) y Campazzo (6 puntos y 7 asistencias) tras bloqueo directo, el Barça salió mucho más enchufado al partido. Acierto exterior, dominio del rebote y buenos porcentajes. El Barça dominaba todas las facetas del juego y el marcador (8-17) reflejaba ese dominio.

Ni una inexplicable decisión arbitral que terminó con dos puntos menos y posesión para el Real Madrid pudo desconcentrar al Barça, que aprovechando las tres faltas del caboverdiano y los buenos minutos de Willy Hernangómez (13 puntos y 4 rebotes), estiró la ventaja hasta el 16-30. Aunque con la mayor ventaja visitante llegó la reacción local. Durante 19 minutos, el Real Madrid acumuló un 0/14 en triples que fue una losa pesadísima para los de Chus Mateo, pero todo eso cambió con la entrada de Gabriel Deck (20 puntos y 7 rebotes). El argentino lideró la remontada local, culminando sobre la bocina el 12-0 de parcial con el que los blancos mandaban el partido al descanso con un igualado 28-30 y de paso abriendo la lata de los triples.

Terminar así la primera mitad tras 20 minutos más que mejorables motiva a cualquiera, por lo que los blancos no sacaron el pie del acelerador tras pasar por vestuarios. Deck seguía a lo suyo, Poirier (14 puntos y 7 rebotes) seguía imponiéndose en la zona y la ventaja blanca no hacía más que aumentar, disparándose hasta el 49-39 con una técnica a Roger Grimau de por medio. Por primera vez en su etapa al frente del Barça, el cada vez menos novato entrenador azulgrana se ganó una técnica por protestar… y casi se gana la segunda después de un piscinazo de Musa por el que fue recompensado con tres tiros libres.

El 51-41 con el que comenzó el último cuarto era un regalo caído del cielo para el Real Madrid, el escenario perfecto. El Barça estaba al borde del nocaut y Chus ni siquiera tenía que tirar del plan Tavares, ya que Poirier hacía lo que quería en la zona… hasta que entro Jokubaitis (6 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias). El lituano encabezó la remontada visitante hasta el 58-52, un marcador que se mantuvo inmóvil durante muchos minutos hasta que Abrines (11 puntos y 4 rebotes) lo volvió a modificar para el 58-54. La ventaja local se convirtió en empate (59-59) con la irrupción de Satoransky (10 puntos y 7 rebotes) y el partido se convirtió en un festival de tiros libres del que salió beneficiado el Real Madrid. A pesar de los fallos desde la línea de Campazzo que dieron alas al Barça, también y en peor momento falló Satoransky, condenando a los suyos a una derrota por la mínima gracias al triple final de Abrines.

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