Por Alex Molina / info@eurohoops.net
Álex Abrines ha sido noticia estos últimos días por unas declaraciones que han hecho daño en la siempre delicada afición del Barça. El actual capitán azulgrana comparó los estilos de Roger Grimau y Sarunas Jasikevicius, asegurando que le gustaba más el estilo de su actual técnico ya que “al final te cansas de que te estén gritando de lunes a sábado”.
Las palabras no sentaron demasiado bien en el aficionado culé: de metida de pata hasta innecesarias, pasando por erróneas. Pero llegados a este punto, no hay que pasar por alto el contexto en el que se producen, ya que el Barça ha perdido dos de los últimos tres partidos. Y esta, sin ninguna duda, es la clave de todo esto: ganar o no ganar.
La victoria primero
No hay nadie en la historia de la Euroliga que tenga más títulos que Zeljko Obradovic. No hay nadie en la historia de la Euroliga que haya gritado más que Zeljko Obradovic. ¿Alguna vez ha habido alguna queja sobre sus métodos? Alguna habrá (hay gente para todo), pero serían anecdóticas ya que en el mundo del baloncesto de élite, ganar es lo más importante. Nadie puede negar que si Zoc está catalogado como el mejor entrenador de la historia de la competición es por sus títulos, no por sus gritos en el banquillo que no han hecho más que darle más mística a sus triunfos.
El gran mentor de Sarunas Jasikevicius es el actual entrenador del Partizan, estando bajo sus órdenes como jugador en el Panathinaikos. No es de extrañar que copiara su histrionismo y férrea estrategia a la hora de plantear los partidos… y ciertamente no le han ido mal las cosas al lituano como entrenador. Llevó al Zalgiris a una histórica Final Four y devolvió al Barça a la fase final de la Euroliga tras muchos años de sequía, metiendo el equipo en tres Final Four consecutivas y logrando además varios títulos nacionales de por medio.
Pero faltó el título de Euroliga, el gran argumento que usan los que no querían su continuidad para justificar su salida del Barça. ¿Se quejaría Abrines del método Saras de haber logrado la Euroliga? Rotundamente no. ¿Se quejarán del método Grimau los que ahora lo tildan de blando y sin autoridad si el catalán hace el triplete esta temporada? Obviamente no. ¿A quién le importa el estilo si se consiguen títulos?
Grimau ha comenzado su etapa en los banquillos del primer nivel bajo lupa. El aficionado culé tiene memoria y no olvida lo que pasó el pasado verano, cuando se marcharon del Palau los dos grandes ídolos de la afición y por la puerta de atrás. Pero quizás también habría que hacer un ejercicio de memoria más profundo y recordar que fue Grimau el que levantó la segunda Euroliga, en París, que Saras es del Barça pero no más que Grimau, y que ambos -cada uno a su manera, sin haber una mejor que la otra- buscan lo único que importa en el Barça: ganar.