De vuelta a la victoria

Por Alex Molinainfo@eurohoops.net

El Real Madrid se ha recuperado de la mejor forma posible de la derrota ante el Fenerbahce y ha superado al Olympiacos por 71-77. Victoria con muchos paralelismos con la última final de la Euroliga en la que Dzanan Musa ha sido protagonista principal.

Con una rotación muy corta (Rudy Fernández y Alberto Abalde no han saltado a pista y Carlos Alocén sigue lejos de poder ser productivo), los de Chus Mateo han empezado la reedición de la última final de la Euroliga con buen pie. Al ritmo de Tavares (11 puntos y 3 rebotes), Hezonja (18 puntos y 10 rebotes) y Campazzo (9 puntos y 9 asistencias), los blancos empezaron mandando en el Pireo, aunque el 19-23 del primer cuarto poco duró tras la reacción local. Peters (8 puntos y 7 rebotes) empezó a sumar y fue uno de los principales culpables, junto las 13 pérdidas de balón de los blancos por las 6 de los locales, de que la ventaja blanca se quedara en tan solo un punto al descanso (36-37).

El paso por vestuarios le sentó de maravilla al gran protagonista de la segunda mitad. Después de una discreta primera mitad, Dzanan Musa (23 puntos) explotó en el tercer cuarto. Con cuatro triples y una sensación de estar en trance anotador, el bosnio le dio al Real Madrid las primeras ventajas destacables del encuentro. Desde el primer cuarto que los blancos no tenían siete puntos de ventaja (52-59), pero llegó entonces el despertar del soldado favorito de Bartzokas.

Thomas Walkup (17 puntos) entró en escena para no solamente neutralizar la exhibición de Musa, sino para darle además la ventaja en el marcador a los suyos. Pero su gran lacra en el partido fue la misma que la de su equipo. El base fue el principal culpable del 9/33 en triples del Olympiacos, con muchos de estos fallos llegando en los minutos finales para desesperación del público local.

El apagón del Olympiacos lo aprovechó el Real Madrid, que si de algo sabe es de aprovechar los momentos para matar los partidos. Campazzo, Tavares y Musa se aliaron para aparecer en los minutos finales para poner un 68-75 que no fue definitivo, pero sí decisivo. Los aficionados rojiblancos empezaron a abandonar el Pabellón de la Paz y la Amistad, siendo conscientes de que el partido estaba ya muerto y que el ganador, como en Kaunas, volvía a ser el Real Madrid, y los dos últimos puntos del partido, como en la ciudad lituana, iban a cargo de Sergio Llull. 

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