Por Alex Molina / info@eurohoops.net
El Barça ha vuelto a la victoria tras superar al Fenerbahce por 89-81. Gran triunfo de los de Roger Grimau, que han firmado un partido de menos a más para deleite de la afición, que se ha marchado a casa una vez más con su Palau impoluto.
El partido estuvo marcado en su inicio por los retornos. Nigel Hayes-Davis, Nick Calathes y Sertac Sanli volvían a su casa y fueron recibidos con aplausos por la afición local. El inicio del griego fue un desastre, el del estadounidense discreto y el del turco vital para los suyos. Sanli salió desde el banquillo para cambiarle la cara al Fenerbahce, que con el exjugador del Barça liderando la reacción cerró el primer cuarto por delante en el marcador (16-19).
La entrada de las segundas unidades sentó mucho mejor a los visitantes. Wilbekin mejoró a Guduric y Dorsey (13 puntos, 5 rebotes y 7 asistencias) también empezó a sumar, por lo que la ventaja para los de hoy blanco no hacía más que aumentar (32-42). Pero por suerte para Grimau, al que le salió bien la apuesta de no pedir tiempo muerto, apareció por fin el acierto exterior de Joel Parra. Dos zurdazos desde más allá del arco del 44 azulgrana mantuvieron con vida al Barça, que veía como Willy se mantenía fuerte en la zona para poner el 37-42. Pero todo fue un espejismo. La irrupción de Yam Madar volvió a disparar la ventaja turca, que se quedó a los doce puntos con el 38-50 al descanso cortesía de Wilbekin (10 puntos), que cerró el segundo cuarto como cerró el primero: con una canasta sobre la bocina.
A pesar de unas acciones que despertaron ligeramente la estupefacta afición azulgrana, el panorama no cambió mucho tras el descanso. Por mucho que Willy (21 puntos y 9 rebotes) lo intentara, la defensa del Barça hacía aguas por todos lados, con el equipo incapaz de aprovechar las faltas de las que dispone para parar el ritmo del equipo rival. Al interior español se le unió Satoransky (12 puntos, 4 rebotes y 6 asistencias), que aprovechando su superioridad física castigaba una y otra vez a los exteriores turcos, pero la desventaja no bajaba en ningún momento (53-62). A pesar de la mala pinta que tenía el partido, el Barça despertó de la mano de Laprovittola. El argentino le dio ese punto extra de magia que necesitaban tanto su equipo como la afición local, que a pesar de quedarse sin la acción espectacular para terminar de involucrarse en el partido (si no llega a tocarla con el pie Madar y Parker culmina en mate se cae el Palau), sí vio como la ventaja visitante al finalizar el tercer cuarto se quedaba en tan solo un punto con el 63-64.
El Barça era otro. Las caras en el banquillo, las expresiones en pista. El argentino favorito del aficionado culé ahora que Messi ya no está fue el encargado de obrar lo que parecía un milagro: el Barça se puso por delante en el marcador con el 69-64 gracias a seis puntos seguidos de Laprovittola (15 puntos y 5 asistencias).
Una serie de decisiones arbitrales en contra del Barça (es lamentable el poco respeto que le tienen los colegiados a Abrines) calentaron aún más el ambiente, por lo que, muy hábilmente, Grimau sacó los guerreros. Ya no era momento de espectáculo, ahora le tocaba a Vesely (12 puntos y 6 rebotes) y Kalinic. Los checos fueron los hombres clave para cerrar el triunfo del Barça, que veía como casi sin darse cuenta, mandaba por siete puntos a falta de un minuto (84-77), pudiendo de esta forma encarar unos instantes finales de partido que fueron una fiesta absoluta: el Barça sigue invicto en su casa.