Por Alex Molina / info@eurohoops.net
48 horas después de derrotar al Real Madrid en el partido más importante de lo que llevamos de temporada, el Barça recibía al Baskonia y el partido ha terminado también con alegría culé: 89-85 en un partido tan mágico como la noche de hoy.
Hubo lluvia hoy en Barcelona. La cabalgata de reyes estuvo pasada por agua en muchos barrios de la ciudad condal… y también llovió en el Palau. Los triples fueron los protagonistas del primer cuarto por parte visitante, algo lógico teniendo en cuenta que el Baskonia cuenta con Markus Howard (21 puntos). Pero hace falta más para mantenerse en un partido de este calibre y Willy Hernangómez (16 puntos y 4 rebotes) se encargó de demostrarlo. Criticado (hubo pitos para él ante el Real Madrid) y animado a partes iguales, el madrileño fue hoy el referente del juego azulgrana en la primera mitad. Todos los balones pasaban por él y era capaz de anotar y distribuir. La ventaja siempre estaba más cerca de llegar a los diez para el Barça que de desaparecer, ya que cuando el 14 (su dorsal y los puntos que logró al descanso) del Barça se sentó a por un merecido descanso, Vesely le tomó el relevo con similar efectividad. Ni siquiera las bajas de Jokubaitis y Da Silva se notaron en los locales, que se marcharon al descanso con 47-42 al descanso.
No sabemos si fue carbón lo que se encontraron los azulgranas en el vestuario, pero tras el descanso salieron como si hubieran sido los más traviesos del año. Un parcial de 0-5 empató el encuentro a 47, pecando los azulgranas de su gran problema hoy: permitir tiros liberados. La polivalencia de Codi Miller-McIntyre (10 puntos, 3 rebotes y 7 asistencias) y de Tadas Sedekerskis (14 puntos y 6 rebotes), imparables ambos a campo abierto, hacía estragos en la defensa del equipo de Grimau, que se desesperaba en la banda sin saber cómo decirle a los suyos que usaran las faltas con cabeza. Los visitantes llegaron incluso a darle la vuelta al partido con el 4-13 de salida en el tercer cuarto. Cada balón dividido era vitoriano y el público local comenzó a cansarse de ello. Jabari Parker y Willy entraron en escena para mantener a flote a los locales, pero las sensaciones eran claramente favorables a los visitantes. Por mucho que Satoransky (10 puntos y 9 rebotes) y Kalinic llevaran a sus pares al poste bajo, el Barça era incapaz de generar, algo que no se vivía en el otro aro. Solamente se necesitaba un bloqueo para que Kotsar campara a sus anchas y los hoy de blanco encarasen el último cuarto con un 62-68 a su favor.
Grimau intentó cambiar la dinámica poniendo en pista un quinteto alto, pero fue peor el remedio que la enfermedad. El Barça se obesionó con intentar crear ventajas aprovechando la superioridad en centímetros y la cosa terminó fatal: balones perdidos y canastas fáciles para el Baskonia. El 62-73 era muy prometedor para los de Ivanovic, con Moneke sumándose a la fiesta, pero dos triples seguidos del Barça reactivaron al equipo (y afición) local… y especialmente a un jugador.
Por primera vez, Jabari Parker (17 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias) escuchó su cántico personalizado por parte dels Dracs. Tras subir con ellos hace dos días y gracias a una actitud ejemplar, el norteamericano es uno de los más queridos en el Palau y por su culpa -con la colaboración de Parra y Vesely– el Barça empató a 78.
Pero si hay que hablar de favoritos del Palau, Vesely (23 puntos y 4 rebotes) se lleva la palma. El checo volvió a firmar un auténtico recital en el tramo final de partido para darle, con la importantísima aportación de Parra (13 puntos y 5 rebotes), al Barça un triunfo mágico.