Por Alex Molina / info@eurohoops.net
El Panathinaikos se ha impuesto al Maccabi Tel Aviv por 95-79 para empatar la serie a uno. Gran victoria de los griegos que, eso sí, aún tendrán que ganar en Belgrado si quieren seguir con vida.
El segundo partido de la serie entre ambos equipos comenzó con el ambiente caliente y enrarecido. La derrota en el primer asalto fue inesperada y dolorosa, con Ataman quejándose, el Panathinaikos aludiendo cuestiones políticas como causa de su derrota y la Euroliga anunciando medidas disciplinarias para ambos. Deportivamente, la cosa tampoco pintaba muy bien, ya que Juancho Hernangómez era baja por varios problemas de salud. Y a todo esto había que sumarle el retorno al OAKA de Giannakopoulos, que dos años después volvió a ver a su equipo en directo.
Pero ya se sabe que los playoffs son otra historia y un jugador llamado a ser importante en estos momentos respondió como él sabe hacer. Kostas Sloukas (29 puntos, 3 rebotes y 4 asistencias) cambió el Olympiacos por el Panathinaikos pero su infinita calidad y sapiencia se mantuvieron intactas. Otrora rival, el ahora ídolo del OAKA fue el artífice de la reacción local, que dinamitó el encuentro en el segundo cuarto. Con un gran Cohen (12 puntos) y Lorenzo Brown (18 puntos y 6 asistencias) más suelto que 48 horas atrás, los macabeos comenzaron mandando en el partido, llevándose el primer cuarto por un gran 20-28. Pero a pesar de empezar también con buen pie el segundo periodo, todo se vino abajo para ellos en un visto y no visto. Del 30-36 se pasó al 51-39 en un abrir y cerrar de ojos, un 21-3 de parcial (31-11 en el segundo cuarto en total) que llevó la firma de Sloukas, que con tres triples seguidos y su saber hacer en estos ambientes fueron claves para marcharse al descanso 12 puntos arriba.
Ya en la segunda mitad, los israelíes mostraron una mucha mejor imagen. Tampoco es que costara mucho mejorar el cierre de primer tiempo, pero los de Kattash tiraron de sus armas (12 puntos para Cleveland, 11 para Blatt) para ir poco a poco recortando la desventaja. El paso de los minutos eran buenas noticias para los macabeos, que con la defensa en zona como bandera lograron recortar hasta el 71-68. Los nervios se apoderaron del OAKA y el silencio fue el que entró en escena… aunque un hombre no tenía ningún tipo de duda. Sloukas volvió a tomar el mando y se adueñó del partido. Un par de faltas fabricadas por él mismo, manejo de las emociones e incluso alguna que otra canasta. La masterclass del zurdo fue de las que hay que poner en clínics, logrando algo digno de mención: en el primer partido batió su récord en asistencias y en el segundo en anotación. Y cuando la jugaba no lo involucraba, el plan era balones a Lessort (11 puntos, 8 rebotes y 3 asistencias)… y tampoco es que terminara mal la cosa.
A pesar de que el francés se dejó algún que otro tiro libre por el camino, los griegos volvieron a escaparse en el marcador (87-72) a falta de menos de tres minutos, momento en que el partido quedó sentenciado para alegría de los verdes, que se fueron a casa con un pique final entre Antetokounmpo y Cleveland que no hace más que poner más picante a la serie.