Por Alex Molina / info@eurohoops.net
Panathinaikos y Maccabi Tel Aviv han disputado una de las series de playoffs más igualadas y el quinto partido ha estado a la altura. Tensión, calidad y juego físico al límite… el partido tuvo de todo pero solamente un ganador: 81-72 para los griegos que volverán a luchar por una Euroliga.
El encuentro empezó con el OAKA como hacía muchísimo tiempo que no se veía. Doce años sin pisar una Final Four es una eternidad para uno de los equipos más grandes de Europa y los fans abarrotaron las gradas mucho antes del salto inicial para poner de su parte e intentar romper la sequía.
☘️ Un horto magiko en un quinto partido de playoffs siempre es especial pic.twitter.com/jPiNlTkMzv
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La primera mitad fue la prueba perfecta de que no había favoritismo alguno a pesar del factor pista para el Panathinaikos. El duro trabajo bajo los aros de Josh Nebo (14 puntos y 7 rebotes) se dejaba notar y el gran trabajo, como en toda la serie, de Di Bartolomeo y Blatt mantenía a los israelíes en el partido al descanso, al que se llegó con un 41-41 a pesar de la enorme diferencia en tiros libres entre ambos equipos (los locales terminaron tirando 35 por los 10 de los visitantes).
El principal culpable de que la diferencia entre los viajes a la línea de los suspiros no fuera determinante fue Lessort, pero que a pesar de firmar un pésimo 3/14, anotó cuando tocaba para ser el complemento de lujo al referente del equipo. Puede que Sloukas sea el líder y capitán, autor de 15 puntos y 6 rebotes hoy, y que muy probablemente sea el jugador más importante del equipo, pero hoy en día, el juego de ataque de los verdes es cosa de Kendrick Nunn. El estadounidense terminó con 26 puntos, 5 rebote y 4 asistencias, protagonizando además canastas importantísimas para certificar el triunfo de los suyos.
Biggest shot of the game
Kendrick Nunn ☘️#EuroLeague #Playoffs
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La ebullición local coincidió con la desconexión visitante. A Lorenzo Brown (19 puntos, 4 rebotes y 9 asistencias) se le terminó la gasolina y el equipo echó mucho de menos a Wade Baldwin, de los pocos jugadores que habrían sido capaces de crear ventajas en ese mar de manos (permitido por los árbitros) que era la defensa del Panathinaikos. A diferencia de anteriores ocasiones, Bonzie Colson (1/11 en tiros de campo) no estuvo a la altura y los griegos lograron sellar el pase a la Final Four mucho antes del pitido final.