Paris Basketball, un desafío a lo establecido

Por Javier Molero/ info@eurohoops.net

Paris Basketball es la sensación de la Turkish Airlines Euroleague. En su debut en la máxima competición continental, los parisinos se han convertido en la gran sorpresa, en el invitado inesperado a una fiesta con una lista ya conocida con nombres y apellidos.

El éxito de la Eurocup no fue flor de un año, y así lo han demostrado en el inicio de competición. La mezcla de veteranía y juventud, de cabeza e impulsividad, de talento y trabajo han creado un equipo capaz de competir a cualquiera. Y lo han hecho en los escenarios más grandes de Europa. Con siete triunfos en los primeros 10 partidos, la suerte no parece ser un factor desequilibrante.

No tienen miedo de ser los nuevos, de verse infravalorados en cada partidos y de que todos les miren por encima. Paris ha llegado para dar guerra, no entiende de ritmo ni de etapas. Un desafío a lo establecido.

TJ Shorts solo hay uno

En un caso como el de Paris Basketball, el éxito suele residir en el grupo. El esfuerzo coral, el buen nivel colectivo y la sinergia en cada jugada hacen que todos remen en la misma dirección. Y en el caso de los franceses es así. Pero hay un jugador que sobresale por encima del resto, que lidera en los momentos difíciles y es la referencia en cada posesión.

TJ Shorts solo hay uno. Sus 1’75 de altura esconden una bestia, un talento inigualable en Europa y un corazón de gigante. A sus 27 años, está en el mejor momento de su carrera. Y es que a él siempre le han encantado los escenarios alejados de los focos. Todo empieza con su desarrollo en UC Davis, universidad de California, reconocida dentro de la Big West, pero sin gloria en el panorama nacional de la NCAA.

Dos temporadas allí le llevaron a su aventura por Europa y, tras el paso por varios equipos, ha encontrado su casa en Paris. Fue el héroe de la Eurocup, y su estreno en Euroliga no puede ser mejor. 17.7 puntos (tercero máximo de la competición), 7.5 asistencias (segundo en este apartado) y un 52.6% de acierto en tiros de campo.

El jugador en el que confía Splitter, al que ayuda, enseña y del que aprende. Él mismo lo reconocía tras la victoria en el Palau. “Es muy importante tener la conexión entre el base y el pívot, y yo la tengo con TJ”, explicó el que fuera jugador del TAU.

Como ejemplo se pueden poner los 24 que anotó en el feudo blaugrana, o los 28 en Mónaco. Se crece en los grandes escenarios, ante los favoritos. Aunque, a este paso, Shorts está convirtiendo a Paris en uno de esos colosos.

Jóvenes y veteranos: fórmula del éxito

Competir en la Euroliga significa dar todo en cada partido. Y para ello no solo hace falta la ayuda de Shorts, sino de un plantel que mezcla mundos, que fusiona veteranía y juventud y que, para Splitter, parece ser el roster perfecto sobre el que trabajar y diseñar.

Con jugadores experimentados en la competición que cumplen su rol a la perfección como Maodo Lo, Yakuba Ouattara o Kevarrius Hayes, entre otros, el saber estar se eleva. Pero la potencia viene con sus jóvenes. Con el otro gran verso libre y la picardía de los menos veteranos.

Nadir Hifi ha irrumpido como uno de los jóvenes talentos del baloncesto europeo. Ya lo era la temporada pasada, pero ha elevado su juego en cantidades insospechadas. El otro miembro de la anarquía liderada por TJ Shorts. Dos jugadores eléctricos, con puntos en las manos y una personalidad que abruma. 

Junto a ellos, Jantunen, Ward, Malcolm, Sy… un plantel de secundarios de lujo que han dado un paso adelante. Esta intensidad se traduce en trabajo, y los galos son el cuarto equipo que más rebotea (35.5) en la Euroliga y el cuarto que más capturas ofensivas crea (12.2). 

Con alguien que entiende el juego como Splitter, es una conexión que no tiene fallos en ningún lado. El brasileño saca lo mejor de cada uno y, como exprofesional en la pista, sabe a la perfección cómo interpretar cada momento del juego.

Paris Basketball se ha convertido en la gran sensación. Un desafío a lo establecido. Su primera temporada no era para coger ritmo o acusar constantemente el ‘jet lag’ de la Euroliga. Han venido para jugar y, sobre todo, ganar.

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